El gobierno de Estados Unidos impuso sanciones económicas contra Iván Archivaldo y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, dos de los hijos prófugos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y anunció recompensas de hasta 10 millones de dólares por información que lleve a su detención o condena.
Ambos son señalados como líderes visibles de Los Chapitos, una facción del Cártel de Sinaloa acusada de operar una de las mayores redes de tráfico de fentanilo hacia territorio estadounidense. Las sanciones también alcanzan a una red regional de empresas y asociados ubicados en Mazatlán, Sinaloa, dedicados supuestamente al narcotráfico, extorsión y lavado de dinero.
“Estamos ejecutando el mandato del presidente Trump de eliminar por completo los cárteles de drogas y enfrentar a líderes violentos como los hijos de ‘El Chapo’”, afirmó Scott Bessent, secretario del Tesoro.
Los otros hijos de “El Chapo”, Joaquín Guzmán López y Ovidio Guzmán López, se encuentran bajo custodia en EE.UU. En mayo, fiscales federales anunciaron que no buscarán la pena de muerte contra Joaquín Guzmán López, actualmente acusado en Chicago.
El Cártel de Sinaloa, catalogado desde febrero como organización terrorista extranjera, es considerado uno de los grupos criminales más antiguos y poderosos de México. Su participación en la producción y tráfico de fentanilo, un opioide sintético responsable de decenas de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos, ha sido uno de sus negocios más lucrativos en años recientes.
Joaquín «El Chapo» Guzmán fue sentenciado a cadena perpetua en 2019, tras ser declarado culpable por múltiples cargos de conspiración para traficar drogas a gran escala durante más de dos décadas.