Expertos mundiales en salud eran objeto el martes de una creciente presión para que aclaren las dudas sobre la seguridad de la vacuna de AstraZeneca contra el COVID-19, mientras Suecia y Letonia se unieron a los países que suspendieron su uso, en un nuevo revés al programa de vacunación europeo.
La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) dijo que está investigando los reportes de 30 casos de desórdenes sanguíneos inusuales entre los 5 millones de receptores de la vacuna de AstraZeneca. En total se han inoculado 45 millones de dosis contra el COVID en la región.
El regulador de la Unión Europea hará públicas sus conclusiones el jueves, pero su directora, Emer Cooke, dijo que no ve razones para cambiar su recomendación sobre AstraZeneca, una de las cuatro vacunas cuyo uso ha sido aprobado.
«Los beneficios siguen superando a los riesgos, pero se trata de una preocupación grave y requiere una evaluación científica seria y detallada», afirmó Cooke en una conferencia de prensa.
Un comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) está revisando los casos y se espera que haga una declaración sobre el asunto al final del día, según un portavoz.
Los principales miembros de la UE -Alemania, Francia e Italia- suspendieron el lunes la administración de la vacuna de AstraZeneca a la espera del resultado de las investigaciones sobre casos inusuales de una forma rara de trombosis cerebral en personas que la habían recibido.
La suma de Suecia y Letonia el martes elevó a 13 el número de países de la UE que han actuado desde que surgieron los primeros informes de tromboembolias que afectaron a algunas personas después de recibir la inyección de AstraZeneca.
La OMS y la EMA se sumaron con anterioridad a AstraZeneca para decir que no existe un vínculo comprobado, pero algunos expertos dijeron que los episodios de coágulos sanguíneos, hemorragia y recuentos bajos de plaquetas en gente más joven parecían indicar una conexión causal con la vacuna.
«Los beneficios de la vacunación superan de forma significativa los riesgos, sobre todo para los ancianos», señaló Karl Lauterbach, portavoz de salud del Partido Social Demócrata alemán.
«Sin embargo, podría darse el caso de que los riesgos de la vacuna sean mayores para ciertos grupos de pacientes como las mujeres jóvenes», comentó Lauterbach, un epidemiólogo cuyo partido integra la coalición gobernante en Berlín, en una entrevista con la emisora Deutschlandfunk.
Otros epidemiólogos destacaron que no se hallaron casos similares en números inusuales en Reino Unido, que comenzó a usar la vacuna de AstraZeneca más temprano y ha inoculado ya más de 10 millones de dosis.
«Una explicación muy probable de al menos algunos de los desórdenes por coagulación vistos es que sea más bien resultado del COVID-19 que de la vacuna», señaló Stephen Evans, profesor de farmacoepidemiología en la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres.
«Hay estudios publicados que dejan claro que estos problemas ocurren sin duda con el COVID-19 y no hay duda de que todas las vacunas en uso impiden esta enfermedad. Por tanto, la balanza entre el riesgo y el beneficio para la vacuna de AstraZeneca sigue claramente en favor de sus beneficios», agregó.
No hay pruebas de que sea más probable la formación de coágulos tras recibir la vacuna de AstraZeneca, dijo un portavoz del primer ministro británico, Boris Johnson, citando al regulador de medicamentos de Reino Unido.
En los países más grandes de la UE -incluidos Alemania, Francia, Italia, Holanda y España- la vacuna de AstraZeneca equivale al 13-15% de las dosis administradas desde que comenzó la campaña hace unos tres meses. La mayoría corresponde a la de Pfizer-BioNTech, según datos oficiales.
Nicola Magrini, director general de la autoridad italiana de medicamentos AIFA, dijo en una entrevista al diario La Repubblica que la decisión de suspender la administración de la vacuna AstraZeneca «es política».
En Francia, el ministro de Salud, Olivier Veran, dijo a periodistas que la relación riesgo-recompensa de la vacuna sigue siendo positiva.
Los gobiernos sostienen que actuaron por un exceso de cautela. De las 1,6 millones de personas en Alemania que recibieron la dosis de AstraZeneca, siete enfermaron y tres fallecieron por una rara trombosis de la vena cerebral.
Información de Reuters