El actor Jorge Antonio Guerrero, quien interpreta a «Fermín» en la película «Roma» se puede perder la premiación de la entrega de los premios Oscar debido a que la embajada estadounidense le negó la visa para entrar al país.
La película consiguió 10 nominaciones al Oscar, aunque puede ser que el actor no pueda acompañar a la producción de Alfonso Cuarón a celebrar los triunfos y los galardones que se lleve este 24 de febrero, ya que esta es la tercera vez que le niegan la visa.
«El primero fue a principios del año pasado. En ese entonces, yo todavía no tenía noticias relacionadas a la película (Roma). En ese momento, mis razones eran turísticas únicamente. Me la niegan, y por octubre o noviembre, que ya se había estrenado (la película) en el Festival de Morelia, es cuando me empiezan a hacer estas invitaciones de parte de Netflix, tanto para la alfombras rojas como Golden Globes», dijo el actor, que también interpreta al cadete Tello, en Luis Miguel La Serie al programa «De Primera Mano».
La segunda vez que trató de sacar el documento llevó una carta invitación redactada por las productoras de la película de Netflix donde describía las actividades que Guerrero tendría y su participación como en los Golden Globes y los premios Oscar.
«Expresamente, llevé una carta que no quisieron leer. En mi segundo intento, decían que yo iba a trabajar, y yo conteste que no, que iba como invitado. Y este último intento fue poco memorable, parecía que había hasta un enfado de parte de la señorita que me entrevistó».
La tercera vez que Jorge Antonio Guerrero fue a la embajada llevaba una carta de Alfonso Cuarón y una más de la productora de Netflix «donde expresamente hablaba de mi participación en la película, pero si no la quieren leer, va a ser muy difícil«.
«La última vez intenté dársela a la cónsul, y realmente me regresó el pasaporte por la rendija. Fue algo poco memorable. Yo también entiendo que es un trámite, que a veces te puede tocar una persona con mal humor», mencionó el actor.
De acuerdo con el actor nadie ha querido leer la carta que va dirigida al Cónsul, pues los entrevistadores que le tocan ni siquiera la ven.
«Quiero pensar eso, porque si pudiéramos encontrar el modo de que un oficial consular o alguien en la embajada leyera esas cartas de invitación, se podría entender la figura artística que tengo y el intercambio cultural que se está gestando entre dos naciones».