Por primera vez, el papa Francisco fue captado usando un cubrebocas, mientras iba en su vehículo para dirigirse a la audiencia general, que se quitó de inmediato apenas salía del coche.
Esta audiencia fue de nueva cuenta con público, luego de seis meses de transmisiones desde su biblioteca; fue en un patio del palacio apostólico, en compañía de 500 personas.
A diferencia de otras audiencias, el papa Francisco no besó, tocó ni saludó a nadie de los presentes. Las sillas fueron dispuestas conforme a la «sana distancia», y se mantuvo la distancia, pedía a la gente que no se levantara, que se quedaran en sus lugares porque no quería personas contagiadas.
Fue imposible evitar que algunas personas lo tocaran, por lo que de inmediato, uno de sus asistentes le puso gel desinfectante.
«El coronavirus nos enseña que el auténtico bien de cada persona es un bien común, y al revés, el bien común es un auténtico bien para la persona (…) La salud, además de ser un bien individual, es también un bien público. Una sociedad sana es una que cuida de la salud de todos», dijo a los presentes.
A ver si con esta imagen del papa los creyentes (que no usan cubrebocas) terminan por creerle y de una vez por todas se lo ponen.