María Belén Márquez, de 34 años, es una de las 8 víctimas que este año denunciaron haber sido abusadas sexualmente por Fernando Martínez, el director del colegio en el que estudiaban, ubicado en Cancún, y además miembro de los Legionarios de Cristo.
«No te tocaba solamente la pierna, te tocaba las partes íntimas”, se lamenta. “Yo tenía seis años, estaba muy chiquitita”. Decirlo en voz alta le genera mucha vergüenza, le da pena “que la gente sepa” lo que le pasó. “No fue una debilidad, fue abuso sexual, y en varias ocasiones”, dice. Su relato revive uno de los recuerdos que más le atormenta, la voz del cura interpelándola en la oscuridad: “Me decía: ‘¿Te gusta?, ¿te gusta?’, y yo callada”, relata a El País.
Con hostias y cera para candelas, el sacerdote atraía a las pequeñas a su oficina.
Briani López Antúnez es otra de las víctimas de Fernando Martínez. A los 8 años su familia la inscribió en la escuela que el cura dirigía. Cuando la congregación lo puso al frente de la institución educativa, Martínez ya tenía tres denuncias por pederastía.
“¡Puta madre! Ellos sabían perfectamente que estaban poniendo un depredador sexual en mi colegio”, maldice la mujer de 36 años. “Era totalmente prevenible”.
«Además de abusar de nosotras, nos hacía ver los abusos a otras niñas. Nos metía en el cuarto de baño de la capilla, pero dejaba la puerta entreabierta y, al resto, nos hacía sentarnos en primera fila y ver”, contó López a El País.