El Instituto Nacional de Migración (INM) de México detuvo este jueves 800 migrantes centroamericanos que ingresaron este día manera irregular a través del río Suchiate, frontera sur del país que divide a Guatemala del suroriental estado mexicano de Chiapas.
Mediante un comunicado, el INM informó además que agentes del Grupo Beta -unidad del Instituto especializada en brindar orientación y asistencia a migrantes- localizaron a otras 200 personas que se dispersaron en los alrededores de esta región, ubicada a aproximadamente 12 kilómetros del río Suchiate.
El Instituto explicó que agentes de migración, con apoyo de la Guardia Nacional, ‘trasladaron en 20 autobuses a las personas extranjeras a albergues migratorios, donde son atendidas de manera personalizada e iniciarán el procedimiento administrativo correspondiente o en su caso, proceder al retorno asistido’.
El organismo relató que alrededor de las 14:00 horas locales funcionarios del INM, acompañadas de integrantes de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) y en presencia de organismos nacionales e internacionales de derechos humanos, establecieron un diálogo con el contingente de migrantes para darles a conocer opciones y acceder a una estancia regular en el país.
Pero, según el INM, los migrantes rechazaron la propuesta y exigieron permisos para un tránsito libre por el territorio mexicano hacia Estados Unidos.
En el lugar unos 200 agentes de la Guardia Nacional se encargaron de detener el avance de los centroamericanos, parte de la caravana migrante.
La persecución de este cuerpo militar-policial, que incluso roció con gases lacrimógenos a los migrantes, ocurrió en la carretera del municipio de Frontera Hidalgo y aconteció tras romperse el diálogo entre los centroamericanos y las autoridades mexicanas.
Al lugar llegaron autobuses del Instituto Nacional de Migración para llevarse a cientos de migrantes detenidos a centros migratorios como la estación migratoria Siglo XXI, ubicada en la ciudad de Tapachula (Chiapas).
Miles de migrantes, en su mayoría de Honduras, cruzaron irregularmente este jueves el río Suchiate y de manera sorpresiva ante la ausencia de autoridades, conformando un sustancial contingente que llegó a adentrarse varios kilómetros dentro de México.
Los migrantes habían ofrecido apenas unas horas antes caminar en orden y solicitar de manera formal su asilo en México, como en un principio ofreció el presidente, Andrés Manuel López Obrador, así como trabajo en la zona.
Además, los migrantes pedían obtener libre tránsito al menos en Chiapas y así evadir la agresión de la Guardia Nacional, que este lunes frustró su primer intento de ingresar a México.
Sin embargo, la tensión escaló cuando los migrantes y algunos activistas que los acompañan confrontaron a funcionarios de la Comar y del INM para que respondieran a las 2.000 solicitudes de asilo formuladas por la caravana en días recientes.
Por otra parte, INM aceptó y atendió el exhorto llevado a cabo por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) de México en el sentido de trabajar de manera coordinada para proteger y salvaguardar los derechos de las personas en contexto de migración.
El INM dijo que actúa en total apego a los derechos humanos, a la Ley de Migración y a su reglamento, al realizar de manera segura, ordenada y regular el registro de las personas extranjeras al internarse a territorio mexicano.
Apenas el lunes, entre 500 y 1.000 migrantes de la primera caravana de 2020, que sumó hasta 5.000 personas, cruzaron corriendo el río Suchiate junto al puente Rodolfo Robles, que divide a Guatemala de México, donde miembros de la Guardia Nacional mexicana detuvieron a 402 centroamericanos.
Otros 40 volvieron por su cuenta a Guatemala y 58 se internaron por la selva, además de un total acumulado de otros 679 hondureños deportados vía aérea por Villahermosa, Tabasco, y vía terrestre por Tapachula.
El INM informó este miércoles que en un solo día se habían interceptado a más de 2.000 migrantes en los estados de Chiapas y de Tabasco, fronterizos con Guatemala