La carta de los hijos de Joaquín «El Chapo» Guzmán Loera, conocidos como «Los Chapitos», fue escrita en respuesta a las acusaciones de la DEA sobre su presunta responsabilidad en el tráfico de fentanilo a Estados Unidos. En la carta, los hijos del capo se deslindaron del Cártel de Sinaloa y de las operaciones de trasiego de drogas a la Unión Americana, afirmando que no son la cabeza del cártel y que no están interesados en serlo.
Los hijos de Guzmán Loera también argumentaron que existen numerosos grupos pequeños y grandes que tienen su base de operaciones en Sinaloa y que utilizan sus nombres y el de su padre para poder trabajar con total impunidad y beneficiarse de su reconocimiento internacional. Además, acusaron a las autoridades de utilizar su denominación en conjunto como «Los Chapitos» como un acto publicitario.
Los documentos de la Corte del Distrito Sur de Nueva York señalan a Iván Archivaldo Guzmán Salazar como el jefe de seguridad y comandante de los sicarios del grupo. Jesús Alfredo Guzmán se encargaría de labores de seguridad y coordinaría la recepción de precursores químicos y fentanilo desde China.
Ambos fueron señalados de haber perpetrado violencia de manera directa e incluso de haber ordenado torturas y asesinatos. Joaquín Guzmán López, alias «El Güero», habría asumido el rol de ser uno de los principales operadores del cártel, a cargo del tráfico de cocaína, heroína, metanfetamina y marihuana hacia EEUU, así como del lavado de las ganancias obtenidas por la organización.
El abogado de la familia, José Refugio Rodríguez, confirmó que la carta fue redactada por los hijos de Guzmán Loera y que no estaba dirigida hacia el presidente Andrés Manuel López Obrador ni a ninguna autoridad del Gobierno de México, sino que debía entenderse como una declaración de defensa para deslindarse de las imputaciones que le formuló la Agencia Antidrogas de Estados Unidos. Por último, los hermanos aseguraron que nunca han producido, maquilado o comercializado fentanilo ni ninguno de sus derivados y se consideran víctimas de una persecución que los convirtió en chivo expiatorio.