Con lágrimas en los ojos y el corazón destrozado, una enfermera denunció la muerte de sus queridas mascotas por parte de sus vecinos.
“Uno estudia para hacer un bien, es muy doloroso lo que hicieron por ignorancia, por maldad. Nuestros animales eran nuestra vida”, dijo Daniela, una enfermera del barrio Guadalupe en la ciudad argentina de Santa Fe; quien encontró a sus mejores amigos muertos y con los «intestinos destrozados», pues les habían arrojado carne con vidrios y veneno a su perro y gato.
«Más o menos unos 8 o 9 días antes, encontré en la fachada de mi casa un cartel pidiendo que me fuera del vecindario», dijo la mujer, quien sospecha de los vecinos que estaban inconformes porque ella trabaja en un hospital con pacientes con coronavirus fueron quienes arrojaron el alimento al patio.
La primer mascota en perder la vida, fue «Gavita», una perrita de 16 años quien falleció en casa, quien sí alcanzó a ser llevado al veterinario fue un gato, pero sobrevivió un día y medio más; «solo quedó vivo Junior, quien por su edad, ya no salía al patio», dijo el hijo de la mujer.