Lo que parecía ser una inocente broma terminó de mala manera para esta pareja, pues la secadora terminó convertida en prácticamente un lanzallamas.
La broma original consiste en poner talco dentro de la secadora, para que cuando la persona la use termine bañada en polvo, pero en este caso no terminó de esa manera.
Lo mas seguro que este marido ahora tiene como cama una cómoda bañera o el sofá de la sala.