En Florida, un hecho que parecía sacado de una película terminó dejando a todos con la boca abierta. Un hombre robó un automóvil en una gasolinera, pero en cuestión de segundos, se echó para atrás… literalmente.
El ladrón, identificado como William Mullis, de 53 años, se llevó el vehículo mientras la madre del pequeño propietario estaba dentro de una tienda de conveniencia en el condado de Brevard. Todo iba como en un robo exprés, hasta que Mullis miró por el retrovisor y vio algo que lo dejó helado: un bebé de apenas un año en el asiento trasero.
Sin pensarlo, puso el coche en reversa, lo estacionó justo donde estaba y bajó a toda prisa. Según testigos, se acercó a la madre del niño y —todavía agitado— le dijo:
“No lo habría hecho si hubiera sabido que había un bebé adentro… lo siento.”
Después de disculparse, el hombre huyó a pie, tratando de escapar de las consecuencias, pero la Policía no tardó en ubicarlo. Fue arrestado y permanece tras las rejas sin derecho a fianza.
El hecho generó debate en redes: algunos usuarios destacaron el “instinto humano” del ladrón al devolver el auto, mientras otros señalaron que nada justifica el robo. Lo cierto es que, por un momento, el remordimiento venció al delito… aunque el perdón no alcanzó para evitar la cárcel.