Al ver que su celular se le acababa la batería, decidió desconectar el refrigerador, pero lo malo del asunto es que el refri que dejó sin energía, fue uno en el que se guardaban las vacunas contra el COVID.
Y por ese acto, la clínica de vacunación covid, en Kirguistán, se quedó sin unas 20,000 vacunas Sputnik V, mismas que habían sido donadas por Rusia, pues el país en cuestión no tenía recursos para comprar las dosis.
Las autoridades de aquel país, ya detuvieron al hombre en cuestión y dicen que ya está en proceso una investigación, y de encontrarse culpable, este deberá pagar el total del costo de las vacunas echadas a perder.
Caray, cono escasas que están y tanta gente que no ha podido vacunarse y este tipo de personas echándolas a perder por cosas como esta.