Fue apenas el año pasado que a este niño de solo 10 años le llamaban «niño más obeso del mundo», Arya Permana, de una aldea de la isla indonesia de Java, simplemente se la pasaba comiendo y durmiendo y eso lo llevó a alcanzar unos impresionantes 200 kilos de peso a su corta edad.
Arya por su tremendo peso, no podía sentarse, siempre estaba acostado jugando con su celular, obvio no jugaba ni iba a la escuela, pues apenas caminaba con la ayuda de sus familiares.
En Abril del año pasado, los padres ya no soportaron más y pidieron ayuda a las autoridades médicas, por lo que el menor fue puesto a un régimen de dieta y entró al quirófano en donde le colocaron una banda gástrica.
Hoy, Arya ha perdido más de 70 kilos y por fin sus padres lo ven caminar y están tremendamente emocionados, pues el chamaco ya ha comenzado a jugar con otros niños.
Este es el video con la tremenda transformación, y aunque todavía le faltan muchos por bajar, el primer paso está dado.