Decenas de personas esperaron el miércoles en sus autos y en la acera de un laboratorio en un exclusivo barrio de la Ciudad de México para hacerse una prueba de coronavirus, ansiosas por recibir diagnósticos pese a la insistencia del Gobierno de que no todos necesitan hacerse el diagnóstico.
México ha reportado 475 casos de coronavirus desde la detección de la primera instancia a fines de febrero, aunque algunos expertos dicen que las pruebas limitadas del gobierno significan que el número real podría ser mayor. Seis personas con el virus han muerto.
Alejandra Quintero, de 46 años, dijo que fue al laboratorio de Biomédica en Lomas de Chapultepec por recomendación de su médico porque tenía fiebre y dolor de garganta.
Como profesora de yoga, dijo que había estado en contacto con muchas personas en las últimas semanas y quería advertirles si había contraído el virus.
«Me siento muy mal, me duele el cuerpo, no tengo energía, subo las escaleras y siento que no pudo respirar», dijo Quintero, hablando desde el asiento del conductor de su automóvil usando un cubrebocas.
Pidió al presidente Andrés Manuel López Obrador que haga más pruebas públicas, y agregó que pocas personas en México pueden pagar las tarifas en laboratorios privados como Biomédica, que dijo que cobraría 3,300 pesos (137 dólares). «Si realmente le importa su pueblo, que lo proteja».
Autoridades de Salud han recomendado que solo las personas que están en un grupo de alto riesgo, como las mayores de 65 años o con padecimientos crónicos, deben buscar ayuda médica para evitar la propagación del virus en los centros de salud.
Las personas con síntomas leves y sin emergencias médicas deben permanecer en casa y dejar que el virus siga su curso, agregaron.
En el laboratorio, los médicos con guantes, máscaras quirúrgicas, gafas, gorras y trajes de cuerpo completo atendieron a los clientes uno por uno, incluidas las personas que esperaban afuera con varios metros de distancia entre ellos.
Alex, un joven que llevaba una mascarilla azul que solicitó no mencionar su apellido por motivos de privacidad, dijo que regresó de sus vacaciones en Las Vegas hace 10 días y que ahora tenía dolor de garganta y tos.
«Es algo alarmante que solo puedes aplicar pruebas pagando», dijo. «Regreso literal a mi casa, y me encierro, voy a estar ahí hasta que me entreguen la prueba», añadió.
Información de Reuters