Nuestro intestino normalmente trabaja de excelente manera, tan es así que ni siquiera nos damos cuenta de su extraordinaria labor y capacidad para proveernos a través de los alimentos de una selección de nutrientes, que son tamizados a través de la digestión y de las diferentes funciones que se desempeñan a lo largo de su trayecto.
El tracto digestivo juega un papel vital en la calidad de vida y la posibilidad de que nuestro organismo active habilidades y funciones que dependen de su buen funcionamiento.
El agua, los carbohidratos, las grasas, las proteínas, las vitaminas, los minerales y oligoelementos no tiene otra vía posible de entrada que el tracto digestivo que es la gran puerta a la conservación de la vida y de la salud.
Es extremadamente resistente y hábil para defenderse de bacterias, virus y parásitos a través de un sistema inmunológico privilegiado por placas de defensa a través de gran parte de su curso, que actúan como barreras infranqueables. Su función es personal ya que digiere, absorbe y se nutre de diferente manera en cada ser humano, cumpliendo con un patrón general y uno personal que nos distingue de otros seres humanos. Las peculiaridades desde el punto biológico que presenciamos en su desempeño son fascinantes.
La superficie de absorción del tracto digestivo tiene el tamaño de una cancha de tenis (2800 pies cuadrados), lo que le permite esa capacidad de absorción de los nutrientes con tanta eficiencia.
El estómago se encuentra con un grado de acidez muy importante capaz de quemar la piel más resistente, esto le permite ejercer funciones de defensa, digestivas, de equilibrio ácido base entre el interior del torrente sanguíneo, las células y el trayecto intestinal; mucho del exceso de acidez de la sangre puede escapar al estómago.
En el estómago se producen proteínas que tienen que ver con la saciedad, el deseo de comer, la producción de insulina y sus mecanismos contra-reguladores cuando bajan o suben los niveles de azúcar.
El estómago fabrica una capa de moco amortiguadora que permite que no se queme y sea resistente al ácido, sin embargo cuando escapa al esófago lo quema produciendo el desagradable síntoma de las agruras.
El estómago es susceptible a los medicamentos como los antibióticos, los antinflamatorios que modifican el ph y que pueden ser capaces de atravesar el moco generando lesiones de la mucosa como en la gastritis medicamentosa. Otros Casos como en el de la bacteria Helicobacter Pílori, pueden modificar el comportamiento del moco y de la mucosa desencadenado formación de úlceras.
Actualmente el Cáncer de estómago ocupa el lugar número 8 en la frecuencia de presentación en las estadísticas.
La presencia de la tecnología con la refrigeración de los productos nos hizo depender menos de los productos ahumados y curados que necesitaban de este proceso para su conservación. En 1940 el cáncer de estómago estaba en el primer lugar en presentación de los cánceres asociado a estos alimentos.
Ahora también sabemos que H. pylori puede causar cáncer de estómago, pero ya que es relativamente fácil de diagnosticar y tratar con antibióticos, se puede erradicar.
La vesícula biliar y los jugos biliares son un excelente complemento de la digestión ya que la vesícula responde al estímulo de los alimentos, entonces se exprime para liberar la bilis y así ayudar a la digestión con su poderosa capacidad de licuar las grasas que permiten a las enzimas digestivas absorberla hacia el torrente sanguíneo. Este líquido biliar funciona como un poderoso detergente.
La única manera en que el cuerpo humano puede deshacerse del colesterol es a través del hígado donde se procesan los ácidos biliares que tienen en sus componentes una cantidad muy importante de colesterol que es eliminado a través de este mecanismo hacia el tubo digestivo.
El colesterol también se utiliza para la producción de hormonas sexuales, estrógenos y testosterona. La FUNCION ADECUADA DEL HÍGADO correlaciona con la producción de niveles adecuados de hormonas sexuales.
Las grasas son materiales de combustión para energía corporal, el colesterol se usa para otros fines, es por eso que químicamente son diferentes y se cuantifican de diferente manera en las etiquetas de los alimentos.
La presencia de diarrea crónica, fatiga, inflamación intestinal, dolor en presencia de consumo de proteínas del trigo, de la cebada y del centeno, por un proceso inflamatorio de origen inmunológico lleva a padecer de la enfermedad denominada Celiaca o por intolerancia al gluten y sus derivados.
El 2% de la población tiene esta enfermedad debido a dos alteraciones genéticas bien conocidas que dan origen a la misma y que es rara.
Muchas personas que dicen que son intolerantes al gluten no tienen este diagnóstico, pueden sentirse mejor con dieta baja en gluten o dieta libre de gluten. La razón de su bienestar se debe a que esta dieta restrictiva sin gluten es baja en azúcares y facilita la digestión.
El tracto digestivo intestinal está provisto de bacterias benéficas para la digestión y el equilibrio del microambiente, la ingesta de probióticos difícilmente influye ya que la mayoría son destruidas por los ácidos gástricos o por la bilis.
Los prebióticos a diferencia de los probióticos se pueden ingerir en a dieta rica en fibras, contribuyen a la buena digestión y a la absorción de productos derivados de las fibras que desarrollan el microambiente de bacterias benéficas y generan substancias protectoras contra el cáncer.
El intestino grueso puede infectarse de bacterias que pueden ser mortales para el ser humano como el Clostridium difficile resistente a los antibióticos, caso único en el que está indicado el trasplante fecal por colonoscopía, donde se coloca excremento de un sujeto sano en el paciente enfermo y con lo cual el paciente puede curarse.
El tracto digestivo está conectado con las funciones neuroendócrinas en el cerebro, que regulan el metabolismo de todo el organismo, existen sistemas de retroalimentación entre ambos (cerebro e intestino) que regulan la producción de hormonas, insulina, grelina, Leptina, glucagon, factor GLP1, incretinas, absorción de líquidos y electrolitos, sed y hambre.
Si el tracto digestivo sufre alguna alteración de inmediato limita nuestra capacidad de ser activos, comer y sentirnos bien, su importancia es relevante aunque pase desapercibida para nosotros.
Original de la Cleveland Clinic
Dr. Alejandro Cárdenas Cejudo
Médico Internista
Presidente de EIMM
Expresidente del CMIM
Miembro Comité Ejecutivo del ISIM
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Hospital Angeles del Pedregal
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