- Prefieren trabajar por proyecto, aunque no tengan las mismas condiciones que un empleado con plaza, enfatiza Luis Antonio Mata Zúñiga, con motivo del Día Internacional de la Juventud que se conmemora el 12 de agosto
Las y los jóvenes de hoy permanecen más tiempo en casa de sus padres en comparación con las generaciones del siglo XX, son madres y padres más tardíamente y no adquieren con facilidad el compromiso de formar su propia familia hasta que se han desarrollado profesionalmente, destaca el integrante del Seminario de Investigación en Juventud de la UNAM, Luis Antonio Mata Zúñiga.
La inseguridad para conseguir un trabajo permanente y la falta de estabilidad económica, también son factores para que posterguen su transición a la adultez, agrega en entrevista el también profesor del Posgrado en Ciencias Políticas y Sociales de esta casa de estudios.
A propósito del Día Internacional de la Juventud, que a partir de 1999 se celebra el 12 de agosto por resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el doctor en Ciencias Políticas y Sociales señala que en ellos existen condiciones complejas que los afectan.
Por ejemplo, la delincuencia organizada y el narcotráfico copta a algunos desde temprana edad y les ofrece condiciones económicas atractivas, que a veces aceptan sin evaluar los altos riesgos, alerta.
Estas ofertas contrastan con los empleos formales, que son escasos y con frecuencia sin plazas fijas ni prestaciones, pero los aceptan por desconocimiento de las circunstancias laborales a las que tienen derecho. “Prefieren trabajar por proyecto, aunque no tengan las mismas condiciones que un empleado con plaza en su trabajo”, comenta Mata Zúñiga.
Los tradicionales con lugar y horario establecidos se han modificado drásticamente con el uso de las tecnologías de información y comunicación (TIC), que favorecen la puesta en marcha de empleos flexibles que se realizan en cualquier tiempo y sitio.
De esta manera están interconectados y necesitan desarrollar nuevas capacidades y habilidades de acuerdo con las actuales condiciones que requieren cada vez más de sus conocimientos tecnológicos, asevera.
Nativos digitales
Según datos de la ONU, la juventud está a la vanguardia de la adopción e innovación digitales: en 2022 tres cuartas partes de las personas de 15 a 24 años utilizaban internet, tasa superior a la de otros grupos de edad.
Sin embargo, persisten las disparidades, sobre todo en los países de renta baja y entre las mujeres jóvenes, que a menudo tienen menor acceso a la red y a las competencias digitales, que sus homólogos masculinos.
En su página electrónica, la ONU considera que, aunque es urgente mejorar la inclusión digital, las y los jóvenes son los auténticos “nativos digitales” al emplear la tecnología para generar cambios y crear soluciones.
La potente presencia tecnológica ha modificado también la manera en que establecen relaciones humanas. “Cada vez más se expresan a distancia y desde la individualidad, estableciendo nuevas formas de interacción mediante las redes sociales”, abunda el experto.
También la manera de estudiar es distinta en la era digital, pero Mata Zúñiga estima que en ese ámbito el gran desafío es para los docentes. Implica grandes retos en la educación, y deben estar a la altura del estudiantado que domina estas herramientas.
Espacio de discusión y reflexión
En la actualidad es innegable el papel de las y los jóvenes como constructores y agentes de cambio e integración social de las realidades que transitan; sin embargo, tampoco se puede negar la serie de vacíos y olvidos que las instituciones han generado en torno a ellos.
Al respecto, el Seminario de Investigación en Juventud de la UNAM tiene el objetivo -además de fomentar la construcción y difusión de conocimiento en torno a las realidades de este sector-, de abrir espacios de discusión y reflexión en los que jóvenes investigadores contribuyan a los estudios en la materia, intercambien ideas y debatan propuestas, explica Mata Zúñiga.
Con ese propósito se creó la Red Nacional de Jóvenes Investigadores, cuyos objetivos son: generar en México un punto de encuentro que favorezca el acercamiento e intercambio de información, puntos de vista y debates entre sus integrantes.
Además, fortalecer el campo de estudios de lo juvenil al incentivar la formación de espacios que impulsen el acercamiento académico intergeneracional entre especialistas, redes e investigadores.
Entre las líneas de estudio que se desarrollan destacan: culturas juveniles e identidades; TIC, medios y cultura; participación y ciudadanía; trayectorias y transiciones educativo-laborales, por ejemplo.