El día de hoy, se esperaba que el cohete Starship de SpaceX, uno de los más potentes jamás construidos, despegara y comenzara uno de los primeros pasos para cumplir su misión de llevar a personas a la Luna y a Marte. Sin embargo, debido a una falla técnica en una válvula presurizante, el lanzamiento fue cancelado.
El equipo técnico detectó el problema desde las instalaciones en Texas, y decidieron no realizar el despegue programado para las 8 horas (CST). El cohete de 120 metros de altura debía alcanzar velocidades orbitales y superar los 240 kilómetros sobre la superficie terrestre, un paso clave para cumplir con su importante misión.
El fundador de SpaceX, Elon Musk, estuvo compartiendo actualizaciones a través de su cuenta de Twitter durante la transmisión en vivo del evento. A las 7 horas con 11 minutos (CST), publicó que «una válvula presurizadora parece estar congelada, así que a menos que empiece a funcionar pronto, no habrá lanzamiento hoy». Minutos más tarde, cerró el hilo de Twitter con un mensaje optimista: «Aprendí mucho hoy, ahora descargando propulsor, volviendo a intentarlo en unos días…».
La compañía también se pronunció desde su cuenta oficial en Twitter, anunciando que «desistimos del intento de prueba de vuelo de hoy, el equipo está trabajando de cara a la próxima oportunidad disponible». A pesar de esto, los ingenieros continuaron con la cuenta regresiva como un ensayo general, aunque no llegaron a encender los motores del cohete.
«Con una prueba como esta, el éxito se mide por cuánto podemos aprender, lo que informará y mejorará la probabilidad de éxito en el futuro a medida que SpaceX avanza rápidamente en el desarrollo de Starship», detalló la compañía sobre la experiencia de hoy.