Todos, de chamacos, alguna vez hicimos un berrinche, quizá a ningún niño o niña en el mundo le ha gustado limpiar su habitación, pero esto que sucedió, en Litchfield Park, Arizona, Estados Unidos, ya es otro cantar.
Resulta que Doyle Hebert, un abuelo, llamó aterrado al 911 porque su nieto de solo 11 años, le acababa de disparar a su esposa Yvonne Woodard de 65 años en la nuca, y todo porque la abuela le había pedido varias veces durante el día, que limpiara su cuarto, a lo que el niño se oponía rotundamente.
Según el abuelo, él y su esposa, se sentaron a ver la TV en la sala, cuando de pronto, llegó el nieto y se puso detrás de la abuelita y así, sin más, sacó una pistola y le disparó en la nuca.
Según el relato del abuelo, él intentó auxiliar a su esposa, cuando en ese mismo instante, escuchó otro disparo, el nieto se acababa de disparar, cayendo al suelo sin vida, fue entonces cuando llamó a emergencias.
Según las investigaciones, no había señales previas de que el nieto pudiera dañar a alguien de la familia o quitarse la vida.
¿Te acuerdas lo que te pasaba cuando te negabas a limpiar tu cuarto? ¡Límites señores, faltan límites en los chamacos!