Varios portales de Estados Unidos (EU) mencionan que un niño de seis años encontró una supuesta bala al fondo de una bolsa de botana de los llamados Cheetos Flamin’ Hot; lo que parecía ser un Cheeto más, cubierto de polvo, resultó ser un objeto metálico.
Bow Horn Weasel, papá del menor, fue quien compró la bolsa de frituras en una tienda de conveniencia y no fue hasta que el niño se terminó el contenido de la bolsa que encontró el objeto parecido a una bala.
El papá del niño, mandó un mensaje a la empresa productora Frito-Lay, misma que se puso en contacto de inmediato y dicen que harán todo lo posible para remediar la situación.
«Frito-Lay está comprometido a garantizar la calidad y seguridad de nuestros productos. Esta situación es muy inusual y preocupante, y ya hemos tomado medidas para investigar e intentar para identificar la causa raíz. Agradecemos que el Sr. Weasel nos haya informado de esto y continuaremos trabajando con él para resolver este asunto», dijo un portavoz de la compañía.
En un país en el que las demandas están al orden del día y por casi cualquier cosa, llama la atención que el papá del menor dice que no denunciará formalmente a la empresa y que tampoco busca una remuneración económica, pues lo único que busca es que la compañía se haga responsable y preste más atención de lo que empacan.