¿Te acuerdas cuando Doña Florinda le gritaba al Chavo y todos nos reíamos?
Bueno, pues ahora la risa se volvió pleito, y no en la vecindad… sino en Juchipila, Zacatecas, el mismísimo pueblo donde nació Florinda Meza.
Resulta que ahí, en pleno 2019, les dio por levantarle una estatua bien mona a su personaje, la señora del delantal que siempre traía la chancla lista.
En la placa se lee: «Florinda Meza García. Productora, actriz y comediante juchipilense reconocida internacionalmente».
Estoy feliz con mi estatua, develada hoy en Juchipila. Es un honor, me siento agradecida con mi gente, con el Alcalde Rafael Jiménez Núñez, con el excelente escultor Victor Hugo Yáñez Piña y con mi familia Meza. Lo comparto con ustedes porque son mi bonita vecindad y los amo. pic.twitter.com/Qd11eZ49lm
— Florinda Meza (@FlorindaMezaCH) January 18, 2019
Todo iba bien… hasta que llegó la bioserie de Chespirito y, como si destaparan una olla exprés de chismes, ¡pum!, ardió Troya.
La gente del pueblo se enchiló bonito después de recordar cómo, según dicen, Florinda fue pieza clave para que Chespirito se separara de su esposa de aquel entonces. Y ahora, con el boom de la serie, el resentimiento viejo revivió como episodio del Chavo.
¿El resultado? Un eventazo en Facebook que se llama nada más y nada menos que: “Todos a quitar la escultura de Florinda”
En la descripción no se andan con rodeos:“Ya estuvo suavicremas de que estén quemando nuestro pueblo, vamos a quitar la escultura de la vergüenza” fue organizado por una mujer llamada Diana Rivera Salamanca
Y no creas que quedó en meme: más de 8,300 ya dijeron “ahí estaré” y otros 51,000 están “interesados”, que es la forma fifí de decir: “A ver si me animo pero sí ando bien prendido”.
Los comentarios son oro puro. Uno propone poner pancartas que digan: “Roberto cambió sus 7 defectos por uno más grande y feo”. Otro suelta: “Sí que la quiten, total, ni es tan bonita”. Hay quien ya está organizando transporte: “¿Quién jala desde CDMX? Rentamos camioneta y le caemos.” Y, por si faltaba, hay locales ofreciendo hospedaje: “Aquí les damos asilo, no se apuren.” Parece chiste… pero ya casi están haciendo lista de asistencia.
Todo esto porque la estatua, que antes era símbolo de orgullo, ahora es vista como el recordatorio de un chisme que nunca se apagó. Y mientras el pueblo afila el cincel y organiza quién lleva las tortas para la jornada, Florinda Meza sigue en silencio, viendo cómo la gente se debate entre proteger un monumento o darle cuello en nombre de la indignación colectiva.
¿Se la llevarán? ¿Acabará la estatua como adorno en alguna casa o la fundirán para hacer llaveros? Nadie sabe.
Porque al parecer en Juchipila no están para estatuas polémicas.