De espaldas y vestido con una camiseta amarilla, un niño luce el nombre de Philippe Coutinho y su número 11 pintados a mano. La foto de Wallace Rocha ha dado la vuelta al mundo desde Vila Cruzeiro, una favela del norte de Río de Janeiro, Brasil. Cuando La Canarinha venció 2 a 0 a Costa Rica en el Mundial de Rusia este estudiante de 12 años saltó a la fama gracias a la foto que le tomó Bruno Itan mientras miraba el partido. La historia del menor conmovió tanto a Coutinho, que este le envió una camiseta oficial de la selección brasileña.
La idea de hacer una camisa a mano surgió momentos antes de que comenzara el partido. Wallace compró la camisa amarilla en Vila Cruzeiro por diez reales (dos euros) y le pidió a su vecina escribir el número de su jugador favorito en la espalda.
El día en que el fotógrafo publicó la imagen en su cuenta de Instagram hizo una llamada en las redes sociales para que los usuarios le ayudaran a captar la atención de Coutinho para mostrarle «la inspiración que ha causado en los chicos de las favelas». Itan le pedía al futbolista que enviara un mensaje de aliento a Wallace o incluso una camiseta firmada.
Su demanda fue escuchada 17 horas después. Coutinho escribió al fotógrafo con unas palabras para Wallace, desde Rusia. Afirmaba que la foto le había emocionado, que el menor era inspiración para la selección brasileña y que quería conocerlo cuando volviese del mundial. Días más tarde, el chico pudo ponerse la camiseta oficial de la selección que cuesta 250 reales (55 euros).
Desde el otro lado del mundo, Coutinho envió a Wallace una camiseta oficial de la selección, así como una mochila, zapatillas deportivas, botas de fútbol y otros obsequios, que seguramente mejorarán su entrenamiento en el terreno de juego Vacaria en Vila Cruzeiro. «No puedo decirles cómo brillaban los ojos de Wallace, Coutinho demuestra que tiene simpatía y humildad», es el mensaje que se puede leer en la cuenta de Instagram del fotógrafo.