Por: Paola López Yrigoyen
La FA (Federación Inglesa), La EPL (English Premier League) y la EFL (segunda, tercera y cuarta división) acaban de aprobar los nuevos requisitos para fichar y admitir en el futbol inglés a jugadorxs extranjerxs en esta nueva era post-Brexit. Hay lineamientos para jugadorxs, DT’s, auxiliares, directorxs deportivxs y preparadorxs físicxs en ambas ramas, varonil y femenil.
El gran cambio es que, desde ahora, lxs europeos continentales también necesitan tener un permiso de trabajo llamado GBE (Governing Body Endorsement), pues ya no son consideradxs “locales”; lxs jugadorxs que eran comunitarixs (de la Unión Europea) ahora compiten con los extracomunitarixs por las plazas de extranjerxs de los clubes ingleses. Este número de plazas, como era de esperarse de la lógica proteccionista del Brexit, se limitó: los clubes sólo podrán fichar tres jugadorxs extranjerxs sub 21 en la ventana de enero, y 6 extranjerxs durante la temporada. Además, no se podrán fichar jugadorxs extranjerxs menores de 18 años.
Claramente, esto protege el desarrollo del talento joven inglés, pues les asegura más lugares y espacio de desarrollo en equipos de élite, en una liga en la que típicamente el 50-60% de los jugadores no eran ingleses. A la vez que filtra el talento extranjero. Con tan pocas plazas, sólo los mejores extranjeros podrán llegar a la EPL.
La obtención del GBE depende del mérito futbolístico de lxs jugadorxs ya que tienen que acumular puntos suficientes para ser elegibles. En el caso de las jugadoras de la liga femenil (English Women’s Super League), se consideran el número de apariciones en partidos internacionales de selección mayor; minutos jugados en liga y competiciones de clubes; la calidad del equipo de procedencia en términos de la competitividad de la liga; y la posición del equipo en el torneo.
Si una jugadora tiene del 80-100% de apariciones internacionales con su selección mayor en el tiempo de referencia, año anterior a la aplicación del GBE, y esta está en el lugar 40 o más alto en el ranking de la FIFA, obtiene su GBE de manera automática. Dado que el Tri femenil está en el número 27 del ranking, el 11 titular de la selección mayor no tiene mayores problemas para conseguir un GBE.
El problema, sin embargo, va a ser competir por pocas plazas disponibles con jugadoras regulares de las 25 selecciones, distintas a la inglesa, que están mejor posicionadas que la mexicana. Sumado a ello, debido a los pocos espacios para extranjeras que tendrá la English Women’s Super League, todas aquellas jugadoras de calidad que pudieron haber jugado en Inglaterra antes de las restricciones se verán obligadas a buscar puestos en equipos de las otras ligas europeas, recrudeciendo la competencia para las mexicanas que quieran emigrar al futbol del viejo continente.
Por otro lado, mientras que los jugadores varoniles puntúan también con apariciones en selecciones inferiores, las mujeres no; las jugadoras sólo puntúan por apariciones con la selección mayor. Si se considera que la selección sub 17 de Mónica Vergara fue subcampeona del mundo, y que por lo tanto, se vislumbra a esa generación sub 20 dentro de lo mejor del mundo, esas jugadoras no comenzarán a puntuar por ser seleccionadas nacionales hasta que teniendo 18 años o más jueguen con la selección mayor. Si encima de esto, el Tri femenil mayor no juega fechas FIFA, como en este año, menos apariciones internacionales para puntuar.
Ahora, si no puedes obtener tu GBE de manera automática por regularidad con tu selección, puedes puntuar por tu rendimiento a nivel de clubes. Sin embargo, el reglamento divide a las ligas de clubes y competiciones de clubes en dos bandas: banda 1 (de élite) y banda 2 (todas las demás). En la banda 1 de ligas profesionales están la inglesa, australiana, francesa, italiana, alemana, estadunidense, la española, y la sueca. Mientras que la banda 1 de competiciones de clubes sólo contempla la Champions League femenil y la Copa Libertadores Femenina.
La Liga MX femenil es de la banda 2, y puesto que lleva años que La Federación Mexicana ya no está en los torneos de clubes de CONMEBOL, ni los equipos varoniles ni femeniles juegan la Copa Libertadores, por lo que no hay forma de jugar en competiciones de clubes de banda 1. La gran diferencia entre el futbol de clubes mexicano varonil y femenil es que los clubes femeniles no juegan torneos de clubes ni de CONCACAF o siquiera de lo que sería banda 2. Aún no hay este tipo de torneos.
El detalle de esta categorización en bandas es que, si perteneces a la banda 2 puntúas la mitad o menos de lo que alguna jugadora en la banda 1 podría puntuar. Es lógico, son filtros por méritos. Tener el 100% de minutos en la Liga MX Femenil no es comparable con tener el 100% de minutos en la División 1 Francesa Femenil. Cabe mencionar que si no superas el puntaje pedido para obtener el GBE exista la posibilidad de que te fichen, si en una decisión extraordinaria, el panel de la liga inglesa lo aprueba.
Por ende, pese a que se estaba comenzando a exportar jugadoras mexicanas a las ligas europeas (el caso de Rubí Soto al Villarreal de segunda división española y el de Estefanía Fuentes a la Serie A en Italia), es probable que el proceso de exportación se ralentice. Si el circuito competitivo del grueso de la selección femenil es la Liga MX Femenil y no clubes europeos o en su defecto estadunidenses, la competitividad de ésta debe mejorar. Ya que, como efecto colateral del Brexit, será la liga mexicana la que en estos próximos años alimente a las selecciones juveniles y a la mayor. Si la Liga MX femenil mejora deportivamente, no sólo será posible exportar eventualmente talentos como los que Charlyn Corral o Maribel Domínguez fueron en su momento, sino que se contará con un espacio competitivo para el desarrollo futbolístico femenil mexicano en el país. Esto es lo que tendríamos que buscar.