Las canciones antes del reggaetón y el perreo

Recientes

Tipo se lanzó de un puente hacia un barranco ¡y sobrevivió de puro milagro!

El pasado sábado 18 de enero, un hombre tomó una decisión que pudo haber sido la última de su vida, según medios, el hombre se encontraba en estado de ebried...

México evalúa ampliar demanda contra fabricantes estadounidenses de armas

La presidenta Claudia Sheinbaum advirtió este viernes que México podría expandir su demanda contra fabricantes de armas en Estados Unidos si el gobierno de D...

Construir sociedades más justas, seguras y felices: Amneris Chaparro Martínez

Asumió la dirección del Centro de Investigaciones y Estudios de Género, para el periodo 2025-2029. Miguel Armando López Leyva dijo que esa entidad universita...

China avanza en su política comercial y Trump impone aranceles

Se llevó a cabo el seminario “Trump: geopolítica, T-MEC y migración”. Especialistas dialogaron sobre la situación que priva en el vecino país del norte y las...

México, segundo país en el mundo en variedad de luciérnagas

Santiago Zaragoza Caballero y su equipo de investigación describieron 101 nuevas especies de esos insectos. Se sumarán aproximadamente 60 nuevas provenientes...

Compartir

Siempre es bonito que la gente que uno quiere lo visite, y más si uno está escuincle y traen regalitos. Para que es más que la verdad, a eso de los 10 y 11 años uno es bien interesado, pero eso se quita con los años. ¿Verdad?

Me encantaba que mi tío José viniera de los Estados Unidos, él sabía que me gustaba la música, la fotografía y la tecnología, así que cada vez que podía me traía ejemplares de Mecánica Popular, obvio en inglés; que yo no entendía ni mother pero me encantaba hojear cientos de veces.

En una de sus visitas, mientras estábamos haciendo una carnita asada, me cayó una piedrita en la cabeza, más bien, mi tío me aventó una piedrita en la cabeza, y es que como éramos tantos sobrinos, era su manera de llamar la atención sin que los demás vieran.

Me hizo una seña y lo seguí hasta donde tenía su camioneta tipo van, abrió la puerta trasera jaló una maleta negra y me dijo, “¿De lo que hay aquí que le gusta? Usted escoja primero.

Entre tantos juguetes no sabía que escoger, yo creo el tío José espero verme lo más desesperado e indeciso posible cuando me dijo, ¿O quiere esto?

También te puede interesar:  Tortillas a mano en comal y leña

—¿Eso, para mí?, pregunté.

—Pos nomás si lo quiere, si no dígame para dárselo a uno de sus primos, me dijo.

—Si, si lo quiero –casi arrebatándoselo- gracias tío, muchas gracias, le dije mientras lo abrazaba.

—Ahora sí, háblele a los demás para que vengan por los regalos, dijo mi tio.

A los pocos días el tío se fue, la familia se quedó llorando (como siempre) y yo me quedé feliz con mi radio de transistores. Ahora sí, no tendría que tomar más el radio de la sala y que me regañaran por cambiar de estación.

Una tarde acostado en mi cama en vacaciones de semana santa escuchaba una rola del maestro Joan Sebastian (QEPD) y obvio la comencé a cantar a todo pulmón:

♪♫ Y en aquel trigal, el sol cayó primero,

después un pantalón vaquero y una falda escolar ♪♫

Para mi mala suerte, en esos días estaba de visita en la casa la tía Felícitas, que era no sé qué cosa de las damas de la vela perpetua, pero no soltaba su rosario y siempre traía un velo negro en la cabeza, que nomás de verla daban “ñáñaras”.

También te puede interesar:  “Heatrbreak Hotel” de Elvis cumple 60 años (Video)

—¿Para eso quieres el radio muchacho, escuchando esas cosas para adultos, y en semana santa? ¡No tienes perdón de Dios! dijo la tía Felícitas.

Tomó mi radio, lo metió a una bolsa dentro del ropero donde guardaba sus cosas cuando nos visitaba y lo cerró con llave, luego viéndome directamente a los ojos me dijo:

—Y si dice algo, para que se lo den, y se lo dan de nuevo, el chamuco va a venir en las noches y le va a jalar las patas.

Luego se tapó la cabeza con el velo negro y no volví a ver de nuevo mi radio de transistores.

Les juro que en ese entonces yo ni sabía lo que estaba cantando, ahora sí; pero si hubiera estado cantando las rolas que ahora escuchan los chamacos de reggaetón y el perreo, seguro me hubieran quemado en leña verde en el kiosko del pueblo.

 

¡ Hasta la próxima semana !

Acá todas mis historias ► http://sp2018f01szjd.wpengine.com/category/don-rambaro/

Sígueme en Twitter  @DonRambaro

También estoy  en Facebook ►  www.facebook.com/DonRambaro

 

Comentarios