Sí, aunque usted no lo crea, Goliat la rompió en el Zoológico de Miami.
En pleno Día del Padre y con una pachanga digna de la longevidad, Goliat, una tortuga de Galápagos de 232 kilotes, no solo celebró su cumpleaños número 135, sino que también estrenó un título que nunca había tenido: ¡el de papá!
“¡Goliat es mi héroe y estoy seguro de que pronto será una inspiración para muchos otros!» dijo emocionado Ron Magill, portavoz del Zoológico de Miami.
«¡Es la prueba viviente de que querer es poder y de que nunca hay que rendirse!»
Y es que este señorón de caparazón no es cualquier tortuga… Nació entre 1885 y 1890 en la isla Santa Cruz, en las míticas Galápagos. Llegó al Zoológico del Bronx en 1929 (cuando ni existía el reggaetón, ni el Wi-Fi, ni nada) y fue trasladado a Miami en 1981. Desde entonces, se ha dado sus vueltas con varias hembras, pero nunca había tenido descendencia… hasta ahora.
El 4 de junio, un huevito de una camada de ocho —puestos el 27 de enero— finalmente eclosionó. Así fue como Goliat se convirtió en papá primerizo, y no de cualquier cría, sino de una especie en peligro de extinción.
La mamá, por cierto, es Sweet Pea, una dama tortuga que ronda entre los 85 y 100 años. Sí, aquí el amor y la paciencia se cocinan lento, pero seguro.
Esta no es solo una buena noticia para Goliat, sino para toda la conservación de las tortugas gigantes de Galápagos, que han sido azotadas por la explotación humana, especies invasoras, el cambio climático y la pérdida de hábitat.
La cría está sana y fuerte en un recinto aparte. Y por si se lo preguntaba, las crías silvestres no son criadas por sus padres, así que la mini tortuga va por su cuenta desde el día uno.
¡Todos a brindar con una agüita de lechuga!, porque Goliat está más vivo que nunca. ¡135 años, padre primerizo y leyenda viviente del reino animal!