Lo que debía ser una consulta rutinaria en la clínica 4 del IMSS en Chihuahua terminó pareciéndose más a una escena de La Rosa de Guadalupe edición Tarantino.
Según el reporte oficial, Claudia T.G., de 45 años, llegó a su cita médica de rutina, pero salió con cargos por “tentativa de homicidio”. ¿La razón? El doctor tuvo la osadía de sugerirle: “sería bueno que bajara algunos kilos por su salud”. Y ahí, señoras y señores, se desató el infierno.
Claudia no se lo tomó como consejo, sino como ofensa personal nivel “¿me estás diciendo gorda?”. Acto seguido, sacó una navaja y trató de apuñalar al médico, quien, con reflejos de ninja y más miedo que otra cosa, agarró una silla y la usó de escudo humano. Según el comunicado oficial: “La víctima logró cubrirse con una silla y fue auxiliada por personal de la Unidad Médica”.
El doctor salió ileso, pero con la anécdota que seguramente contará en todas las cenas familiares: “casi me matan por recomendar dieta”.
La Fiscalía de Chihuahua no se anduvo con rodeos: el 23 de agosto se giró orden de aprehensión y el 26 de agosto Claudia fue detenida. Ahora enfrenta cargos por homicidio calificado en grado de tentativa y, por la gravedad del asunto, permanecerá en prisión preventiva.
Eso sí, todavía aplica la famosa frase de cajón: “la imputada se presume inocente mientras no se declare su responsabilidad”.
El caso, además de generar morbo en redes, destapó un tema delicado: la línea finísima entre dar un consejo médico y que el paciente lo interprete como ataque personal. Lo que es seguro es que, después de esto, más de un doctor va a pensársela dos veces antes de decir: “necesita bajar de peso”.
Porque ya quedó claro que en Chihuahua no solo peligra la dieta… también la vida del nutriólogo improvisado.