Miao (así se apellida el chamaco), huyó de su casa cansado de los golpes que le propinaba su padre, por lo que un día decidió que era suficiente y abandonó su hogar.
Y como si de una película de Rambo se tratara, este chamaco escapó de su casa y sobrevivió veinticuatro días alimentándose de serpientes y bayas que encontró en el bosque, esto durante su trayecto a pie a una ciudad que está a más de 800 kms de su hogar.
Y díganme si no es de sorprenderse, pues hizo lo siguiente:
1. Pasó 24 días en un bosque comiendo bayas y serpientes (las cuales casaba y cocinaba)
2. Caminó 100 kilómetros para buscar trabajo.
3. Pescó en los ríos usando solamente una bolsa de plástico.
4. Durmió donde pudo, desde el remolque de un camión, en pajares, en pilas de hojas o simplemente en el vil suelo.
5. Al llegar a la ciudad, recolectó cartón y botellas de plástico para venderlas a los recolectores de reciclado (en una ocasión encontró un celular que vendió en casi 100 pesos y con eso compró una pluma y cuaderno para anotar sus aventuras)
Fue el pasado 23 de julio que la Policía lo encontró y lo llevó de regreso a su casa, el papá arrepentido prometió ya no volverlo a golpear mientras el niño prometió no escaparse jamás (si el padre le cumple obvio)
«Nunca acepté ayuda de extraños, tampoco robé nada, no es necesario»…dijo el valiente niño a los medios de comunicación.
¿Cómo lo tratarían en su casa que prefirió mejor escapar en el bosque y comer serpientes? No cabe duda que muchas veces la realidad supera a la ficción.