La influencer Lindsay Dewey, conocida por sus consejos de crianza, está viviendo la peor pesadilla de cualquier padre. Su pequeño Reed, de apenas 22 meses, falleció en un trágico accidente en su casa en Idaho.
Todo ocurrió mientras el niño jugaba con un tazón de ventosa, pegándolo y despegándolo de un espejo. Lo que parecía un simple juego terminó en tragedia: el espejo, que no estaba asegurado, cayó sobre él.
“Cuando sucedió al principio, estaba tan confundida sobre cómo pasó… Parecía imposible que se cayera sin motivo alguno”, expresó la devastada madre en redes sociales.
Dewey estaba a solo tres metros de distancia, preparando la cena, cuando escuchó el estruendo. Corrió de inmediato y en cuestión de segundos levantó el espejo, pero el daño ya estaba hecho. Reed sufrió una inflamación cerebral severa y, pese a los esfuerzos médicos, terminó en coma.
Días después, los doctores confirmaron lo peor: muerte cerebral. Ante esta dolorosa realidad, sus padres decidieron donar sus órganos, convirtiendo su tragedia en un milagro para otras familias.
“Si no consigue su milagro, se convertirá en uno”, escribió Dewey, revelando que los órganos de su hijo fueron donados a cinco pequeños que ahora tienen una nueva oportunidad de vida.
«Me he estado diciendo a mí misma: «Si no recibe su milagro, se convertirá en uno» y eso es lo único que me ayuda a superarlo. Aunque el suyo no fue salvado, Él está salvando vidas.»
«El peor día de nuestras vidas se convirtió en el mejor día de la vida de alguien más y por eso estaré eternamente agradecida por nuestro pequeño héroe bebé. Eres el milagro de alguien, Reed Michael. El milagro de 5 niños pequeños, para ser exactos.»
La historia de Reed ha conmovido a miles de personas, y una marca de ropa incluso lanzó una colección en su honor, destinando todas las ganancias a la familia del pequeño.
Un accidente inesperado, una pérdida irreparable y una familia que, en medio del dolor, eligió darle esperanza a otros.