Sobreviviendo al terror

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Es un chiste recurrente el decir que las películas basadas en hechos reales son un “spoiler” de sí mismas. Si el suceso en cuestión es relativamente reciente, las posibilidades de sorprendernos son todavía menores. Y si todo ocurrió en, digamos, el país del que tan sólo nos separa un gran río (y potencialmente un arbitrario muro erigido por Trump y compañía), peor aún. ¿Qué esperanza tiene una historia así de provocarnos emociones fuertes?

Por fortuna ‘El Día del Atentado’ (‘Patriots Day’, d. Peter Berg) se las arregla a la perfección para eludir esos obstáculos obvios en busca de una trama más humana, más minuciosa en sus detalles clave y más entregada a las cualidades de sus eficaces actores que cintas de manufactura similar. Esto no es un ‘Titanic’ donde la historia de amor es integrada en el marco de un evento grabado en la historia, ni un ‘Corazón Valiente’ donde una figura legendaria es presentada como una versión romantizada de un héroe convencional. Esto es el retrato de las vivencias que definen a una ciudad y su población en un momento que potencialmente podría dividirla sin remedio.

La trama parte desde la óptica del oficial de policía Tommy Saunders (Mark Wahlberg), quien prácticamente tiene una patente interpretando al ciudadano común atrapado en circunstancias que ponen a prueba su resistencia y su cordura. Está casado con Carol (Michelle Monaghan), enfermera de un importante hospital de Boston, la ciudad donde está por correrse el famoso maratón que atrae visitantes de todo el mundo. Corre el año de 2013, ¿recuerdas los sucesos que estamos por presenciar?

En efecto, un par de artefactos explosivos sacuden la línea de meta y sumergen a la ciudad entera en un caos y una angustia palpable, donde inmediatamente nos vemos inmersos en una segunda carrera para hallar a los culpables del ataque antes de que puedan evadir a las autoridades. El hecho de que dichos terroristas sean los hermanos Tamerlan y Dzhokhar Tsarnaev (Themo Melikidze y Alex Wolff), dos jóvenes inmigrantes de la ex-Unión Soviética, sin claros nexos con grupos organizados, complica aún más las indagatorias.

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Con todo lo intrincada que resulta la cacería humana subsecuente, la trama de ‘El Día del Atentado’ no se aparta del aspecto emotivo que deriva lógicamente de un ataque sobre la población civil. Sin caer en sentimentalismos exagerados conocemos a muchas de las víctimas de las bombas y entendemos el costo a nivel emocional que ocurre en casos así. No importa si hablamos de parejas de profesionistas urbanos en Boston, turistas citadinos en París o refugiados en Siria: cualquier ataque sobre civiles conlleva una abrumadora sensación de impotencia ante quienes ceden prioridad a los desviados ideales de una causa, poniéndolos muy por encima de las elementales reglas de humanidad que deberían regir nuestros actos.

Por otro lado, el director también aborda con un candor objetivo las circunstancias que van acercando a los hermanos Tsarnaev con sus eventuales captores. El trabajo policial eficiente tiene un justo reconocimiento a través del ágil guión elaborado por Berg, Matt Cook y Joshua Zetumer, pero no dejan de lado los acontecimientos fortuitos y hasta los absurdos momentos donde la investigación dependió de un inesperado giro del destino para llegar a una conclusión satisfactoria.

Mientras que Wahlberg y Monaghan dominan la parte inicial de la narrativa, también contamos con magníficas aportaciones de John Goodman como el Comisionado de Policía de Boston Ed Davis, Kevin Bacon en el rol del Agente Especial del FBI Richard DesLauriers y el siempre impresionante J.K. Simmons como el sargento Jeffrey Pugliese. El primero emplea todos los recursos a su alcance para mantener el orden en la atribulada ciudad durante un periodo de incertidumbre, el segundo constituye la parte más cerebral y metódica de la investigación y el último es, lisa y llanamente, el veterano servido del orden público que deja de lado toda consideración por su persona en el momento de ejercer su deber. El hecho de que todos asuman roles discretos (pero impactantes) dentro del gran ensamble es un logro más del director.

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Pese a sus 133 minutos de duración, el filme mantiene un ritmo ágil gracias a Berg, quien por mucho tiempo ha luchado contra la caracterización de ser una especie de “Michael Bay versión económica”. Es preciso decir que ‘El Día del Atentado’ debería traerle el reconocimiento por mérito propio de saber contar historias con un tinte patriótico inequívoco, pero que siempre plantean un mensaje introspectivo que obliga a considerar todos los ángulos de una problemática. ¿Son los Tsarnaev consecuencia de una alienación de América hacia sus inmigrantes? ¿Es preciso unirnos bajo una causa común tan sólo ante ataques que provocan pérdidas humanas y resquebrajamiento social? ¿Hay forma de prevenir sucesos funestos cuando vivimos en tiempos donde privan la indolencia y la falta de interés hacia ciertos sectores de la población?

Esta película no se empeña en buscar respuestas fáciles y soluciones al vapor para cuestiones tan complejas. Por el contrario, su mensaje resulta curiosamente esperanzador al equilibrar las tomas reales de lo ocurrido ese fatídico 15 de abril con las reacciones ocurridas después del ataque, en las que vemos una ciudad de Boston fortalecida ante la tragedia y desafiante ante un mundo que a veces parece irremisiblemente condenado a la anarquía. Resulta lamentable que el filme haya tardado tanto en llegar a nuestro país, pero resulta peculiarmente relevante en la presente era de rumores de guerra mundial y nacionalismo que se confunde con xenofobia. A final de cuentas la enseñanza es clara: sobrevivir con al frente en alto es el primer paso para impedir que el terror nos domine.

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