Uno de los peores problemas que puede enfrentar una película de Hollywood es quedarse a medio camino en lo que a compromiso con la historia se refiere. El fenómeno ocurre con relativa frecuencia, particularmente con productos que buscan ser atractivos para el mayor número de audiencia posible. ¿La razón? Maximizar el atractivo con la idea de abarcar un mercado más amplio. El grave problema es que a veces hay que hacer sacrificios en pos de atraer a las masas sin alienar a ningún sector, y es entonces que los resultados son adversos.
Este es el fenómeno que parece enfrentar ‘Guardianes de la Bahía’ (‘Baywatch’, d. Seth Gordon), un filme que en el papel cuenta con todos los ingredientes para triunfar. Tiene la presencia de Dwayne Johnson, el inmensamente popular ídolo de las multitudes que saltó de la lucha libre a la pantalla grande con plena naturalidad y que ha cultivado fama como detonante tanto en franquicias como en producciones ambiciosas. También hay abundante atractivo en el elenco joven, una guapa villana nacida en la India (enorme mercado internacional), un papel de reparto para un actor nacido en China (aún mayor mercado internacional), la breve aparición de una estrella pop mexicana y la familiaridad de basarse en una de las series de TV más populares a nivel global. ¿Qué podría salir mal?
La historia nos muestra a Mitch Buchannon (Johnson) como el musculoso, simpático, dedicado y popular líder de una cuadrilla de salvavidas en una playa californiana. Los locales lo adoran, las mujeres lo desean, los jóvenes aspirantes desean ser como él y toda la bahía lo cobija como un unificador de armonía y bienestar comunitario. Pronto conocemos a tres aspirantes que buscan sumarse al equipo: la dedicada Summer Quinn (Alexandra Daddario), el gordinflón pero tenaz Ronnie Greenbaum (Jon Bass) y el vanidoso Matt Brody (Zac Efron), ex medallista olímpico caído en desgracia que se cree demasiado bueno para trabajar como salvavidas, pero que está obligado a hacerlo por líos legales recientes.
Mitch se apoya en sus dos valiosas compañeras: la experimentada y profesional Stephanie Holden (Ilfenesh Hadera) y la rubia beldad C.J. Parker (Kelly Rohrbach), quien parece moverse en cámara lenta cada vez que nos enfocamos en ella (uno de tantos chistes autorreferentes). El proceso de captación, entrenamiento y aclimatación de los nuevos prospectos se ve complicado por la presencia de la millonaria hotelera Victoria Leeds (Priyanka Chopra), quien emplea su exótico atractivo para ocultar una ambición desmedida y un sórdido plan para adueñarse de todas las propiedades en la bahía.
¡Ah, pero nada mala ocurrirá mientras Mitch y su leal escuadrón de perfectos especímenes físicos (y el pobre Ronnie) puedan impedirlo! La caricaturesca imagen de un grupo de salvavidas que opera más como una unidad especial de investigaciones y menos como unos simples vigías playeros no escapa a la atención del cínico Brody, quien en su actitud rebelde también hace cuestionamientos hilarantemente sensatos. “Si sabemos que alguien está vendiendo droga, ¿no deberíamos dejar que la policía maneje el caso?”, razona el joven prospecto, a lo que Buchannon responde con una serie de absurdos argumentos cobijados en absoluta seriedad.
La trama en sí será perfectamente familiar para quienes vieron alguna vez la célebre serie televisiva protagonizada por David Hasselhoff y Pamela Anderson en su papel revelación: un plan inverosímil llevado a cabo por un antagonista de motivos transparentes, que por otra parte es ignorado por inútiles autoridades y termina por poner a prueba el ingenio de nuestros héroes. Fórmula simple, pero efectiva para hacer durar el programa más allá de lo que la lógica noventera hubiera dictado.
Ahora bien, sobran críticos que se han ensañado con ‘Guardianes de la Bahía’ con el afán de condenarla al fracaso absoluto. No creo que la dureza de su juicio esté plenamente justificada, pero puedo comprender cuál es el principal problema que aqueja a la película. Como lo describí en las primeras líneas: el planteamiento de la historia se encuentra atrapado entre varias categorías, y no termina por decidir cuál es la correcta.
El talento de Johnson y Efron para la comedia, tanto verbal como física, está presente en este filme. Hay varias instancias de risas genuinas y chistes recurrentes que logran conectar con el público, e incluso las atractivas protagonistas femeninas también reciben oportunidades para lucir algo más que sus bien cuidadas figuras. Pero es claro que el director Gordon no decidió irse de lleno por un tono argumental, hecho que afecta a la película.
En el caso de “reinterpretar” viejas fórmulas de TV para el cine hay dos caminos posibles: ser reverentes ante el material original o volcarse hacia una autoparodia explícita. Hay ejemplos muy bien logrados en el segundo caso (’21 Jump Street’, ‘The Brady Bunch’), pero también rotundos fracasos (la reciente ‘CHiPs: Patrulla Motorizada’ o la desastrosa ‘The Wild Wild West’). En el caso de ‘Guardianes de la Bahía’ hay varios intentos por caer en la sátira… que se quedan a medias. La comedia es efectiva, pero termina por abusar de la repetición. Y aunque las secuencias de acción son congruentes con el material original, tampoco podemos decir que esta película le va a robar atención a producciones como ‘Fast & Furious’ o la última cinta de superhéroes.
Resumiendo: ‘Guardianes de la Bahía’ no es tan mala como te quieren hacer creer los críticos, pero tampoco es tan buena como para perdonarle su falta de asertividad. Pasarás un rato agradable, deleitarás tus ojos con los paisajes soleados y el elenco en traje de baño, reirás con algunos de los gags más extremos (hay una secuencia en la morgue que debería haber contagiado al resto de la trama con su dinamismo) y sentirás que valió la pena… pero también tendrás esa sensación ligeramente incómoda de que pudo ser la comedia más brillante del verano, y no se animó a serlo.
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