Este año la franquicia de Star Wars hizo historia al presentar un séptimo filme que dejó inmensamente satisfechos a la gran mayoría de sus fans, honró el legado de los mejores filmes de la saga, obtuvo críticas muy favorables y generó magníficas ganancias en la taquilla. Resulta francamente improbable pensar que otra saga podría emular un éxito de este calibre, ¿cierto?
Bueno, prepárate a ver cómo un rayo impacta dos veces en un mismo lugar. Aunque no ostenta el nombre de ‘Rocky’ en el título, ‘Creed: Corazón de Campeón’ (Creed, d. Ryan Coogler) forma parte del universo creado por Sylvester Stallone en 1975, que había generado resultados desiguales en sus últimas entregas y parecía concluido tras los sucesos de ‘Rocky Balboa’ en el 2006. Sin embargo, el director y guionista Coogler descubrió una vía narrativa para rescatar al viejo campeón del olvido, brindándonos una película que es emotiva, emocionante, inspiradora, honesta e inmensamente satisfactoria. En una era donde la “secuelitis” descarada es una excusa para exprimir hasta el último centavo de ideas repetitivas, este filme sacude nuestras fibras sensibles y rompe con el cinismo del espectador acostumbrado a que le den “pan con lo mismo”.
Por principio de cuentas nos encontramos con una historia poco convencional en el género boxístico. No se trata de la gastada fórmula donde el joven pugilista busca triunfar sobre el ring para escapar de la pobreza y la desesperanza. En el caso de Adonis Johnson (Michael B. Jordan) contamos con un joven e inteligente protagonista, rescatado a muy temprana edad de una vida difícil para hallar una existencia rodeada de oportunidad, privilegio y comprensión, gracias a los cuidados de la mujer (Phylicia Rashad) que cubre la ausencia de su madre. Y el gesto no es mera caridad: el joven Adonis es el hijo ilegítimo de su difunto esposo, el legendario boxeador Apollo Creed.
Sí, es el Apollo Creed interpretado en la saga de Rocky por Carl Weathers (quien aparece en breves viñetas de las cintas originales) y que murió en el ring antes de que Adonis naciera. El hecho de que padre e hijo nunca se conocieran es un tema que permea las motivaciones de los personajes centrales de la historia, y nos permite identificar el poderoso motor que determina gran parte de sus decisiones.
Por principio de cuentas Adonis está a la búsqueda de una identidad propia como boxeador, pero también como persona. Aunque por sus venas corre la sangre de un campeón, la trama recalca que esto nunca es suficiente para encontrar el éxito, como se demuestra cuando el voluntarioso joven sufre una breve pero sustancial humillación en un gimnasio de su natal Los Ángeles. Empeñado en seguir en esta profesión, Johnson viaja a Filadelfia en un intento por convencer al mejor amigo de su padre, el veterano campeón Rocky Balboa (Stallone), de convertirse en su entrenador.
Justo cuando la película parece destinada a adentrarse en una narrativa convencional, la historia nos sorprende con una convincente y humana relación entre entrenador y pupilo que explora terrenos más allá del machismo exacerbado prevalente en el género. Rocky y Adonis llenan vacíos respectivos en sus vidas: el primero como mentor y figura paterna tras años de vivir en el aislamiento y la soledad, y el segundo como aprendiz dedicado que intenta conectar con esa gran figura que nunca llegó a conocer, y cuyo apellido debe evitar en aras de fraguar una historia propia. ¿Suena demasiado profundo para una película de ‘Rocky’? No te apures, funciona a las mil maravillas.
En medio de esta trama principal los guionistas logran involucrar un interés romántico en la figura de Bianca (Tessa Johnson), la cantante y compositora que también trata de abrirse paso en un mundo de férrea competencia. Ella no es la clásica chica enamorada del héroe, sino que se encuentra librando su propia batalla contra una condición degenerativa del oído, como un espejo de la realidad del mundo boxístico y su constante lucha contra el tiempo.
Aunque la narrativa de ‘Creed’ toca muchos puntos convencionales del mundo del boxeo dentro de su fructífera relación con el cine (los clásicos montajes de entrenamiento, los conflictos típicos de los pugilistas, el ambiente espartano de los gimnasios de barrio), también sabe en qué momentos debe abrazar los clichés más efectivos y desprenderse de los que suenan gastados. El director Coogler emplea con eficacia brutal los recursos a la mano para erizar la piel de la audiencia, así sean unos segundos del memorable tema musical de Bill Conti o una enternecedora escena donde Balboa lee el periódico junto a las lápidas de su difunta esposa Adrian y su no menos difunto cuñado, Paulie.
Ahora bien, mucho se ha hablado del reciente Globo de Oro al Mejor Actor de Reparto en una Película que Stallone acaba de ganar por esta interpretación, así como de sus sólidas probabilidades para cosechar el Oscar en esa misma categoría. Ignora todos los argumentos de “seguro se lo dan por lástima”, pues son basura. Sly nos sorprende confiriendo una humanidad y una vulnerabilidad a su legendario personaje que jamás habíamos visto. Este Rocky ha sufrido múltiples pérdidas, al igual que el actor que lo interpreta, y no exagero al afirmar que Stallone echó mano del dolor experimentado en su vida cotidiana para vestir a su creación con un manto de autenticidad pura.
¿Y qué decir de Michael B. Anthony? Simplemente es grato saber que logró hallar este emblemático rol después del rotundo fracaso de ‘Los 4 Fantásticos’, una película llena de magníficos actores atrapados en un producto mediocre. En ‘Creed’ Anthony no sólo luce como un boxeador auténtico, también sabe mantener una cierta aura de misterio en torno a sus motivos para pelear, que se revelan con contundencia absoluta cerca del desenlace de la cinta.
Hay mucho más por alabar en ‘Creed: Corazón de Campeón’: una espectacular pelea de dos asaltos que se desarrolla sin un solo corte de edición de por medio, un brillante uso de la ciudad de Filadelfia como un personaje más de la saga, una imponente banda sonora a cargo de Ludwig Göransson y la propia Tessa Thompson (quien es cantautora en la vida real), convincentes modernizaciones a la narrativa visual incorporando elementos de la cobertura mediática de nuestra era, guiños discretos a los mejores momentos de la historia de Rocky y Apollo… incluyendo la respuesta a una gran incógnita planteada al final de ‘Rocky III’. De pronto la historia que parecía acabada se levanta de la lona para asestarnos un gancho sólido y convencernos de que hay vida más allá de este séptimo asalto. En lo personal, no puedo esperar a que anuncien fecha de estreno para ‘Creed 2’.
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