Tragedias que se repiten por no aprender del pasado

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Puebla, Veracruz e Hidalgo, vivieron los efectos de aludes/deslaves por causa de lluvias torrenciales. Antes de tocar detenidamente este tema, recordemos un poco la base de este peligro.

Existen diversos factores para la inestabilidad de laderas. Principalmente influyen las modificaciones a la geometría de la ladera, por erosión o excavaciones artificiales, efectos de sismos de gran magnitud, explosiones para construcción o minería, lluvias intensas y prolongadas, debilitamiento de la capa superficial del suelo por deforestación, etc.

Las principales causas naturales que disparan o activan los deslizamientos son:

  • Las lluvias intensas y prolongadas
  • Los sismos fuertes.
  • La actividad volcánica.
  • La combinación de ellas.
Imagen: calles de la Sierra Norte de Puebla llenas de lodo y escombros arrastrados por las lluvias torrenciales dejadas por la tormenta tropical “Earl”.
Imagen: calles de la Sierra Norte de Puebla llenas de lodo y escombros arrastrados por las lluvias torrenciales dejadas por la tormenta tropical “Earl”.

La tragedia comenzó a gestarse durante los últimos días de julio frente las costas de África. Una fuerte onda tropical cruzó el Atlántico hasta llegar a las Antillas Menores donde las tormentas asociadas comenzaron a ganar mejor organización girando alrededor de un centro de baja presión.

Para el 2 de agosto oficialmente se formó la tormenta tropical “Earl” que posteriormente se convertiría en huracán de categoría 1 para la tarde del 4 de agosto.

“Earl”, como huracán categoría 1, tocó tierra en Belice y cruzó la Península de Yucatán para emerger al Golfo de México como tormenta tropical ya que había perdido fuerza al encontrarse con territorio continental y zonas montañosas de Chiapas; no dejó mayores afectaciones sobre Campeche y Tabasco ya que la mayor carga de agua quedó en Belice, Guatemala y zonas altas de Chiapas.

“Earl” permaneció como tormenta tropical y se “recargó” estando en el Golfo de México hasta tocar tierra en la zona centro – sur de Veracruz y así disiparse al encontrarse con las montañas de la Sierra Madre Oriental.

Como se ha visto en con otros ciclones tropicales, no solo los fuertes vientos son el principal peligro para las poblaciones sino las lluvias torrenciales asociadas. Y este fue el caso para varias zonas de Veracruz y Puebla (principalmente) al haberse registrado una precipitación de 265 mm en menos de 24 horas. Esto significa que en un solo día llovió el promedio de lo que llueve en todo un mes, pero no es atípico para esa región en temporada de ciclones, ya que normalmente la Sierra Madre Oriental los destruye y deja que las lluvias se acumulen en la zona montañosa.

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Imagen: mapa de acumulación de lluvias durante el paso de la tormenta tropical “Earl”.
Imagen: mapa de acumulación de lluvias durante el paso de la tormenta tropical “Earl”.

Tanta agua acumulada en tan poco tiempo provoca el rápido crecimiento de los cauces de los ríos y sus afluentes; en zonas de montaña, generalmente deforestadas para uso agrícola o habitacional, se saturen de agua debilitando las pendientes y la tragedia sucedió una vez más.

Se reportaron más de 30 personas fallecidas en la región de Huauchinango, Puebla; más de 12 muertos en la región serrana del centro sur de Veracruz y al menos una persona fallecida en la zonas montañosas de Hidalgo.

Imagen: deslave en la zona serrada del centro – sur de Veracruz.
Imagen: deslave en la zona serrada del centro – sur de Veracruz.

Y, como dice el título de esta entrega, la historia se repite porque existen varios ejemplos que han dejado víctimas mortales.

Venezuela – diciembre de 1999: se registraron lluvias extremas por cerca de 20 días. Como resultado del exceso de agua infiltrada los suelos se saturaron de agua generando grandes deslizamientos en zonas montañosas; la deforestación jugó un papel muy importante en este evento. Se estima que entre las inundaciones y los deslizamientos más de 30,000 personas perdieron la vida.

Acapulco, Guerrero. – 9 de octubre de 1997: más de 400 mm de lluvia se acumularon en menos de 5 horas. Las partes altas de los cerros se saturaron de agua colapsando sobre decenas de hogares matando a más de 100 personas.

Guerrero – 15 y 16 de septiembre del 2013: las constantes lluvias causadas por el doble impacto de la tormenta tropical Manuel, en el Pacífico, y el huracán Ingrid, en el Golfo de México, provocaron el deslizamiento de una ladera sobre la comunidad llamada La Pintada en Atoyac de Álvarez, Guerrero. El saldo fue de más de 70 personas fallecidas.

Tijuana, BC. – 17 de mayo de 2015: más de 20 casas quedaron destruidas luego de un deslizamiento en la colonia Anexa Miramar en Tijuana, Baja California. No se reportan víctimas debido a que horas antes Protección Civil desalojó la zona.

Teziutlán, Puebla. – 5 de octubre de 1999: La concurrencia un sistema frontal más una onda tropical, dejó más de 700 mm de lluvia en pocas horas saturando el suelo y colapsando una ladera. Más de cien personas perdieron la vida, muchas quedaron sin hogar y se registraron cuantiosos daños materiales.

Foto: Colonia la Aurora en Teziutlán, Puebla, 1999. Autor: Rafael García Otero.
Foto: Colonia la Aurora en Teziutlán, Puebla, 1999. Autor: Rafael García Otero.

Este lamentable acontecimiento en Puebla, Veracruz e Hidalgo, es prueba que los desastres NO son naturales sino la suma de malas decisiones en combinación de la mano del hombre cuando se realizan construcciones en zonas de alto riesgo (solapadas por autoridades), se deforesta descontroladamente y se olvida que la mayor acumulación se lluvias, tras el paso de los ciclones tropicales, se produce en las zonas de montaña que frenan el avance de estos meteoros.

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Esta tragedia dejó expuesta la falta de coordinación entre los encargados de Protección Civil, a nivel municipal, y la población que no fue alertada oportunamente. Cuando “Earl” se degradó a depresión tropical y posteriormente a baja remanente, existieron algunos comunicados triunfalistas mencionando saldo blanco, cuando la realidad es que ni siquiera se habían comunicado a las regiones montañosas y al final se pusieron a contar los muertos, que hasta ayer sumaban 40 personas.

Aquellos albergues que fueron abiertos, para atender a la población afectada después de la crisis, debieron instalarse con anticipación para resguardar a la población que se encontraba en las zonas de mayor riesgo y no estaríamos hablando de esta tragedia

Teóricamente no es complicado evitar que estos acontecimientos sucedan: hay que detener la deforestación, no excavar los costados de las laderas, no realizar construcciones de forma irregular (sin autorización/supervisión) y mejorar la comunicación entre la población – autoridades de Protección Civil (a nivel municipal) que, puerta por puerta, debe avisar a las personas que se encuentran en una zona de alto riesgo.

Y por último  insistiría en la necesidad de invertir recursos en tecnología de prevención, ya que sin duda alguna, estamos muy atrasados en radares de últma generación que con anticipación le indiquen a las autoridades correspondientes de fenómenos que contengan cantidad exagerada de lluvia y se pueda alertar a las poblaciones en riesgo, pero como sabemos, somos mas reaccionarios que preventivos en México.

 

P.D.- No debemos de perder la mirada en la actividad que está registrando el Popocatépetl. En los próximos días o semanas es posible que forme un nuevo domo de lava y que continúen las explosiones que lo destruyan con la posibilidad de más ceniza hacia la Ciudad de México como ya ocurrió hace algunos días.

¡Opina, comparte y súmate a la prevención!

 

Referencias.

Fascículo Cenapred – Inestabilidad de laderas.

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