El “video portada”, del tsunami de Japón, sirve como referencia de la importancia que debemos darle a un fenómeno del que se tienen pocos registros históricos y muy escasos registros recientes en México dando la percepción de que los tsunamis no existen en nuestro país. Es por eso que hace unas semanas les presenté una columna titulada “Del desastre al olvido” con la finalidad de crear conciencia de que los desastres ocurren cuando una sociedad ha perdido la memoria colectiva de los eventos naturales que dan como resultado en la pérdida de propiedades y vidas. Si las sociedades olvidan los sismos, con mayor razón olvidarán los tsunamis.
Recordando
Un Tsunami -proviene del japonés “Tsu” = Puerto y “Nami” = Ola. Puede ser traducida como “Gran Ola en el Puerto”- es una secuencia de olas que se producen por terremotos cuya extensión de ruptura alcanzan el fondo marino, aunque el epicentro inicie en «tierra»; también se producen por deslizamientos submarinos, erupciones de volcanes sumergidos y con menor frecuencia por el impacto de meteoritos.
En mar abierto la velocidad del Tsunami puede superar los 800 km/h pero, a medida que la profundidad del océano disminuye, la velocidad se reduce significativamente enviando oleadas que superan el nivel promedio de la marea hasta por decenas de metros inundando y arrasando severamente grandes extensiones de líneas costeras hasta varios kilómetros tierra adentro.
Si vives en zona costera o eres visitante frecuente, responde las siguientes preguntas:
¿Sabes qué hacer?
¿Realizas simulacros por tsunami?
¿Están señaladas las rutas de evacuación y las cotas sobre el nivel del mar?
La gran mayoría habrá respondido un rotundo NO a las tres y es por ello que debes familiarizarte con esta información:
- Se puede generar un tsunami si el sismo es tan fuerte que cuesta trabajo mantenerse de pie (esta es la principal alerta de tsunami).
- Es sismo es muy duradero y violento en costa. (solo aplica en costa).
- Poco tiempo después del sismo, el mar comienza a retroceder dejando expuesto el suelo marino por decenas o cientos de metros.
- Al acercarse las primeras oleadas, se puede escuchar un gran rugido, señal que el mar comienza a regresar y este podrá hacerlo no solo recuperando el nivel original en la costa sino superándolo por varios metros.
- Al ser un Tsunami es una sucesión de olas, la primera no siempre es la más destructiva.
- Después del sismo, una vez que hayas desalojado tu inmueble, la evacuación debe ser a pie.
- No utilices el auto ya que puedes generar cuellos de botella y entorpecer la evacuación especialmente de los vehículos de emergencia.
- Sube a niveles más altos de 6 pisos o camina a zonas altas del poblado tales como cerros o montañas.
- Si notas que el mar se ha retirado de la costa es señal que el tsunami se ha producido y debes alejarte hacia zonas altas.
- Lleva contigo la Mochila de Emergencia y ayuda a la población vulnerable: niños, mujeres embarazadas, adultos mayores y personas con discapacidad.
- Si estás en una embarcación y te enteraste del terremoto no te acerques a la costa y dirígete hacia a zonas con aguas más profundas.
- Si tu vivienda o edificio se encuentra en zonas bajas, deja abiertas puertas y ventanas para que el agua circule libremente y afecte lo menos posible la estructura.
- No olvides a tus mascotas. Utiliza correas o jaulas transportadoras.
Esta carta publicada en la Gaceta de Acapulco en mayo de 1787 por el alcalde de Igualapa, Guerrero.
«El mar se vio correr en retirada, y luego crecer y rebosar sobre el muelle, repitiéndose esto varias veces por espacio de 24 horas, al mismo tiempo que la tierra se cernía con frecuentes terremotos. En la playa abierta se salieron de caja las aguas del mar, derramándose con fuerza y arrastrando entre sus ondas gran cantidad de ganado, que pereció. Algunos costeños, como el mayordomo de la hacienda de Don Francisco Rivas, regidor de Oaxaca, pudieron salvar sus vidas encaramándose a los árboles hasta que se retiraron las aguas. Algunos pescadores en la barra de Alotengo, a las once horas de ese día, vieron con asombro que el mar se retiraba, dejando descubiertas en más de una legua de extensión tierras de diversos colores, peñascos y árboles submarinos, y que retrocediendo luego con la velocidad con que se había alejado, cubría con sus ondas los bosques de la playa, en que se internó más de dos leguas, dejando entre las ramas de los arboles al volver a su casa, muchos y variados peces muertos; algunos de los pescadores perecieron, y otros pudieron salvarse muy estropeados»
Esta es la referencia histórica de tsunami en México más clara del gran riesgo al que las costas han quedado expuestas porque el olvido y la falta de información (o interés) vulnera cualquier población. La prevención está en tus manos y puedes lograr reducir tu vulnerabilidad mediante el conocimiento.
¡Opina, comparte y súmate a la prevención!