Tú que me escuchas hoy en ¡Qué tal, Fernanda! recordarás que en este programa hablamos ya del tema de la Reforma energética. Algo que nos preocupa a muchos y que realmente son pocos los que entienden de qué se trata.
Por eso, en este periodismo de vida te daré los puntos básicos para conocer con mayor claridad en qué consiste la famosa Reforma energética, que fue promulgada en diciembre de 2013 por el presidente Enrique Peña Nieto.
En resumen, se trata de abrir el camino a compañías extranjeras para que exploren y exploten el petróleo en México; permitir que empresas privadas generen y suministren electricidad; que Pemex y la Comisión Federal de Electricidad -la CFE- compitan con otras empresas; y que se generen cambios en la política de precios de los energéticos.
Primero hay que saber que desde la expropiación petrolera de 1938, el Estado tenía los derechos exclusivos para la exploración y explotación de los hidrocarburos como el petróleo, el gas y sus derivados. Con la Reforma energética ahora también lo pueden hacer empresas privadas, ya sean nacionales o extranjeras.
Dichas empresas están obligadas a formalizar contratos con el Estado para participar en esta exploración y explotación, contratos que pueden ser de “licencia”, de “servicios” y de “utilidad” o “producción compartida”, y que son asignados a través de licitaciones de la Comisión Nacional de Hidrocarburos.
En la Ley de Hidrocarburos se contempla que si el área contractual otorgada a un particular abarca terrenos de otro propietario, el contratista tiene que llegar a un acuerdo con el dueño del terreno para iniciar sus actividades, ya sea por medio de compraventa, por la figura legal de servidumbre, ocupación temporal o afectación superficial.
En este acuerdo el particular debe fijar el porcentaje de sus ganancias que pagará al propietario del terreno. En el caso de petróleo y gas natural es de 0.5% a 2%; y en el gas de esquisto o shale de 0.5% a 3%.
El gas de esquisto o shale se obtiene mediante una práctica conocida como fractura hidráulica o fracking, que consiste en perforar la tierra e introducir agua y químicos a presión para sacar el hidrocarburo.
Pero esta Reforma energética no sólo permite la inversión privada en el área de los hidrocarburos, sino también dentro del sector eléctrico. Por lo que varias empresas pueden generar y suministrar este tipo de energía y competir con la CFE.
En la Ley de la Industria Eléctrica se designa a la Comisión Reguladora de Energía como la institución encargada de entregar permisos para la generación y suministro de electricidad, además de tener la facultad para modificar, revocar y prorrogar estos permisos.
Y viene el punto de los árbitros, donde el Congreso dio mayores facultades y modificó la composición de los cuerpos directivos de la Comisión Nacional de Hidrocarburos y la Comisión Reguladora de Energía, que se componen de siete miembros propuestos por el presidente y ratificados por el Senado.
Ambos organismos son reguladores en coordinación con el gobierno federal, con cierta autonomía, pero al mismo tiempo congruentes en sus decisiones con la política energética definida por la Secretaría de Energía.
¿Pero qué pasa con las gasolineras? Hasta hace poco, sólo las gasolineras de Pemex podían vender gasolina en México. Pero con la Reforma energética, la Comisión Reguladora de Energía puede otorgar permisos para la apertura de nuevas gasolineras y también se establecen multas entre 1 millón y 20 millones de pesos para aquellas que vendan litros incompletos.
En cuanto a las tarifas de la gasolina y el diesel, recordemos que el precio estaba controlado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para después fijarlo el gobierno federal tomando en cuenta diferencias de costos de transporte entre las regiones del país o variaciones en los mercados internacionales, y finalmente quedó determinado por el mercado. Algo similar ocurre con las tarifas del gas licuado de petróleo o LP.
Y para la energía eléctrica, el subsidio se mantiene sobre todo para el 99% de los hogares en México que tienen un uso doméstico de bajo consumo, pero para el sector comercial las tarifas estarán basadas por primera vez en los costos de producción y distribución del servicio, además de la variación mensual de los costos de los combustibles fósiles utilizados para la generación de energía eléctrica.
Obviamente, bajo el nuevo esquema, Pemex y la CFE se convierten en empresas productivas del Estado con una nueva organización y un gobierno corporativo similar al de una compañía privada, con un director encargado de la operación diaria y un consejo de administración responsable de las decisiones a largo plazo, conformado por funcionarios federales, funcionarios independientes y otros designados por los sindicatos.
A raíz de la apertura del sector energético, se contempla un aumento en los ingresos del país derivados de los hidrocarburos que pagan Pemex y sus subsidiarias; las contraprestaciones que pagan los particulares con contratos de exploración y explotación; y los impuestos que pagan ambas partes.
Los ingresos derivados de las contraprestaciones van al nuevo Fondo Mexicano del Petróleo, que se constituye como un fideicomiso dentro del Banco de México, para administrarlos también y vigilar que cada contratista realice sus pagos y reciba las ganancias que le corresponden. Mientras que los ingresos derivados de los impuestos van a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
En general, estos son los puntos más importantes para entender con mayor claridad la Reforma energética, que como ya se ha dicho también, no es una varita mágica que tenga resultados a corto plazo, pero que sí ha demostrado algunos avances como el descubrimiento del nuevo yacimiento petrolero en Veracruz, apenas el año pasado.
Con estos datos y con los hechos que hasta el momento tenemos a partir de la puesta en marcha de la Reforma energética, hoy te pregunto: ¿Por qué piensas que puede funcionar la Reforma energética o por qué no? ¿Entiendes de qué se trata y sus implicaciones a largo plazo?
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