La inteligencia artificial (IA) supone desafíos, entre ellos riesgos laborales y de los algoritmos que pueden generar una burbuja de información en donde creamos que todas las personas piensan como nosotros y hay una visión unívoca u homogénea de la realidad y del mundo, señaló la directora del Instituto de Investigaciones Jurídicas (IIJ) de la UNAM, Mónica González Contró.
También está en peligro el tema de los datos personales con esta interacción constante con dicha tecnología, así como las prácticas académicas, motivo de análisis en el XII Congreso Internacional sobre Enseñanza del Derecho y Metodología de la Investigación Jurídica: Aportaciones en la Era de la Inteligencia Artificial Generativa, añadió.
Durante los trabajos del encuentro académico, efectuado en el IIJ con la participación de 133 conferencistas de ocho países, celebró que esta actividad esté enfocada a cómo aprovechar la IA, pues si bien implica amenazas, también tiene potencial en la enseñanza del derecho y en la investigación jurídica. “Puede ser una valiosa herramienta, pero tenemos que evitar que los riesgos se apoderen de las conciencias”.
González Contró recordó el ambiente que se vive en el orbe: polarización, guerra, populismos y pensamiento único. “Me ha hecho preguntarme qué está pasando, cuando parecía que los derechos humanos ya tenían carta de naturalización y no íbamos a tener retrocesos, por qué estamos viviendo situaciones como esta de polarización en varias regiones del planeta”.
De acuerdo con la directora de la Facultad de Derecho de la UNAM, Sonia Venegas Álvarez, con la IA estamos ante una revolución tecnológica que debemos integrar con valores éticos.
“El tema que nos convoca este año es oportuno y relevante. Nos encontramos ante una transformación que ya no es un horizonte lejano, sino una realidad que permea todas nuestras disciplinas. La IA está redefiniendo los métodos de enseñanza y de investigación jurídica”, advirtió.
Comentó que marca un hito por su trascendencia académica y porque representa un retorno a la presencialidad, que permite un debate cada a cara de elementos insustituibles en la construcción del conocimiento.
“El hecho de celebrar la XII edición del Congreso habla de disciplina y orden para ir actualizando temas asociados a la enseñanza y la investigación del derecho”, agregó.
En su oportunidad, el investigador del IIJ y coordinador del evento, Enrique Cáceres Nieto, manifestó:
“Nuestros estudiantes se encuentran en el riesgo de caer en las manos de piratas del secuestro intelectual y la manipulación subliminal. Desgraciadamente esto contribuye a una pérdida de la importancia de la exigencia epistémica para aceptar verdades. Desafortunadamente hoy parece que cierto tipo de consensos logrados a través de las redes, o hábilmente inducidos, cuentan como creencias verdaderas sin ningún tipo de exigencia epistémica funcional”.
Cáceres Nieto indicó que a ello se suma la posibilidad de que los estudiantes caigan o sucumban en el “hechizo de la IA generativa” y comiencen a ceder procesos cognitivos a los algoritmos. “Son parte de los retos que tenemos que enfrentar”.
Con respecto a la teoría del derecho, incluso al concepto de este, también hay cambios importantes, pues se da lugar a la discusión de los pluralismos políticos. Informó que el XII Congreso incluye cinco conferencias magistrales y dos cursos sobre herramientas tecnológicas.
Marisol Anglés Hernández, coordinadora del Posgrado en Derecho, enfatizó que es un momento importante el del Congreso porque el Posgrado está en la revisión de los planes de estudio, donde el tema de la IA debemos tratarlo con mayor cuidado, sobre todo si pensamos que detrás de todo asunto jurídico hay una persona, su familia, patrimonio, vida, integridad y su seguridad.
Consideró sobresaliente que la tecnología avance y que como juristas se puedan apoyar en ella. Pero hay que tener en cuenta el aspecto casuístico de cada uno de los asuntos que tratamos de resolver.