• La Escuela Nacional de Ciencias Forenses y la FES Iztacala cuentan con manejo de agua, iluminación LED, paneles solares, compostaje y eliminación del unicel y plástico de un solo uso, indicó
• Los modelos de desarrollo sobreexplotan la naturaleza y alteran el funcionamiento de los sistemas que rigen la vida en el orbe, alertó Julia Carabias Lillo
• En el coloquio “Perspectivas de la Ecología en América Latina” también participaron Ana Barahona Echeverría, Claudia Hernández Fernández y Mercedes Bustamante.
En la Universidad Nacional existen esfuerzos importantes hacia la protección y cuidado del ambiente, como la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA) y la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (COUS), así como diversos trabajos de esta disciplina desarrollados en institutos, centros y facultades.Aseguró lo anterior la secretaria General de la UNAM, Patricia Dolores Dávila Aranda, durante los trabajos del coloquio “Perspectivas de la Ecología en América Latina”, que se llevaron a cabo en auditorio del Jardín Botánico.
En este contexto, citó dos ejemplos de éxito: la Escuela Nacional de Ciencias Forenses y la Facultad de Estudios Superiores Iztacala, que cuentan con manejo de agua, iluminación LED, paneles solares, compostaje y eliminación de unicel y plástico de un solo uso.
Además, en la segunda entidad académica (donde se imparten las carreras de Biología y Ecología) se enseña una asignatura de sustentabilidad y se aplica la estrategia del uso mínimo de papel al sustituirlo por lo digital.
Ana Barahona Echeverría -moderadora de la mesa dedicada al tema Ciencia, Sociedad y Gobierno, y coordinadora del Seminario Universitario de Historia, Filosofía y Estudios de las Ciencias y la Medicina (SUHFECIM)- fue la organizadora del evento y consideró:
Existe una responsabilidad de los científicos naturales y sociales de mirar hacia un futuro sustentable y de pensar críticamente qué estamos dejando a las generaciones que vienen.
En la coordinación del evento participaron también los seminarios universitarios Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones y de Evolución.
Regionalizar la Agenda 2030.
Los modelos de desarrollo sobreexplotan la naturaleza, como decíamos hace algunas décadas, y hoy en día alteran el funcionamiento de los sistemas que rigen la vida en el planeta; eso ya es un nivel distinto, advirtió la profesora de la Facultad de Ciencias, Julia Carabias Lillo.
Urgió a fomentar la inter, multi y transdisciplina para afrontar este problema complejo, así como a no descuidar la formación de personas expertas sobre sistemas socioambientales que tengan respuestas a partir de la ciencia. “Necesitamos que adquieran una visión más amplia y sepan cómo conectar sus especialidades con otras disciplinas”.
La doctora honoris causa por la UNAM e integrante de El Colegio Nacional destacó que América Latina es una zona de gran biodiversidad, con 30 por ciento de agua e igual porcentaje de los bosques del mundo; 350 lenguas distintas entre sus comunidades indígenas y sus países son centro de origen de numerosas especies que forman la dieta global en el orbe.
“Tenemos todos los ecosistemas para un desarrollo basado en esas oportunidades que nos ofrece el potencial natural y cultural de nuestra región, pero no lo hemos orientado hacia la sustentabilidad”, reconoció.
En tiempos de vuelta al negacionismo (por ignorancia o conveniencia) en Estados Unidos y algunos países de América y Europa, la Red Latinoamericana de Ecología debe tener entre sus tareas crear lazos de construcción, una perseverancia en la generación de conocimiento científico de alta calidad, la formación de profesionistas críticos y defensa de las instituciones.
A decir de la científica, solo con articulación podremos regionalizar la Agenda 2030, una orientación que hay que adoptar. Los esfuerzos de casos exitosos que vinculan ciencia y comunidades locales deben tener impacto mayor y traducirse en políticas públicas.
Tenemos que entender cuál debe ser el sistema alimentario que garantice la sustentabilidad y la seguridad, cuál es el sistema energético que esté alineado a las políticas de cambio climático, el de una economía circular de gran escala con los principios básicos de cero deforestación, cero emisiones netas, cero pobreza, cero hambre y cero residuos, añadió.
Al hacer uso de la palabra, Claudia Hernández Fernández, directora general de Restauración Ambiental de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales, admitió que no se pueden desarrollar políticas públicas sin sustento científico.
Precisó que ciencia, sociedad y políticas públicas son un trinomio inseparable. “Hacer una política pública parte de un problema social que solamente se puede abordar con los que lo están viviendo”.
En tanto, Mercedes Bustamante, profesora de la Universidad de Brasilia, Brasil, enfatizó que el éxito de la acción climática debe ser múltiple y abarcar todos los sectores.
“Significa exigir una gobernanza más inclusiva y aumentar la financiación climática para los grupos más vulnerables y de bajos ingresos. Y no se trata solo de mitigar, sino también de aumentar la resiliencia y adaptarse a los efectos de un clima cambiante”, apuntó.
El mensaje es claro: sin una acción climática ambiciosa, no es posible alcanzar el desarrollo sostenible. Los próximos años serán críticos, pero debemos buscar posibilidades de éxito, concluyó.