El secretario de Defensa de México, Luis Sandoval, admitió el martes que un guatemalteco que resultó muerto la víspera en la frontera común fue abatido por disparos de un militar mexicano y reveló que el uniformado había sido puesto a disposición de las autoridades judiciales.
El jefe del Ejército detalló que 15 efectivos castrenses mexicanos secuestrados tras el incidente por lugareños indignados por el crimen fueron liberados luego de permanecer retenidos durante 12 horas, previo pago de una compensación económica y con el compromiso de hacer justicia.
En la rueda de prensa diaria del presidente Andrés Manuel López Obrador, Sandoval explicó que el presunto autor del crimen «está a disposición del Ministerio Público federal» y ofreció detalles del suceso, que tuvo lugar la tarde del lunes en una recóndita localidad del estado sureño Chiapas.
Según el funcionario, un automóvil se acercó a un puesto limítrofe, frenó y dio marcha atrás, «tratando de huir». En ese instante, prosiguió, hubo «una reacción errónea» del personal militar mexicano.
«No hubo ninguna agresión con arma de fuego o una agresión de alguna otra manera, pero uno de nuestros elementos hace algunos disparos», explicó. La víctima murió poco después, pese a ser atendido en el lugar. Guatemala ha condenado la muerte del hombre, al que identificó como Elvin Mazariegos.
«Lamentamos la muerte del nacional guatemalteco Elvin Mazariegos en Mazapa de Madero, Chiapas. Habrá acuerdo de reparación y acciones judiciales contra el responsable», sostuvo Maximiliano Reyes, subsecretario para América Latina y el Caribe de la cancillería mexicana.
El gobierno de México lanzó este mes varios operativos migratorios en sus límites con la nación centroamericana, luego de que Washington dijera que enfrenta la mayor alza de migrantes en su frontera sur en 20 años.
Dos horas después del suceso, unas 300 personas, entre mexicanos y guatemaltecos, y algunas en vehículos, se acercaron a ese punto limítrofe, agredieron «en forma verbal, con palos y piedras» a los uniformados, secuestraron a 15 efectivos y se llevaron tres vehículos y 17 armas, narró Sandoval.
Su liberación, ocurrida de madrugada, fue negociada por dos comandantes mexicanos de la zona. En Twitter, la Policía Nacional Civil (PNC) guatemalteca informó que los liberados fueron transferidos a las autoridades de México «bajo compromiso de que los juzguen por este hecho ocurrido en el vecino país».
Información de Reuters