La princesa Mako se ha casado con su novio Kei Komuro, quien no pertenece a la realeza y es su excompañero de la universidad, luego de más de dos años de críticas y señalamientos. Previamente, a la princesa se le había diagnosticado trastorno de estrés postraumático en medio del escándalo mediático que supuso el anuncio de su casamiento.
Así, la Casa Imperial de Japón presentó este martes los papeles para registrar su matrimonio ante un Gobierno municipal, con lo que la princesa deja de formar parte de la familia real.
Mako rechazó los rituales indicados para una boda real y el pago que se le ofrece a las mujeres cuando se retiran de la familia, para que las princesas puedan mantener su nivel de vida; se estima que consta en cerca de un millón de dólares.