El huracán Rafael, al adentrarse en el Golfo de México después de su paso por Cuba, dejó a la isla en una situación crítica. Los vientos y lluvias intensas ocasionaron un apagón nacional y devastaron la infraestructura en La Habana y otras zonas del occidente cubano, donde los habitantes comienzan a evaluar los daños.
La Habana en ruinas: calles bloqueadas y derrumbes
La capital cubana amaneció con un panorama desolador: árboles caídos bloqueaban las calles principales, postes eléctricos derribados interrumpían el paso, y varios edificios sufrieron graves daños estructurales. José Ignacio Dimas, residente de Centro Habana, describió con pesar cómo la pared frontal de su edificio se desplomó. «Estaba muy mal la construcción, se filtraba agua… me temía que este desastre pasaría algún día», comentó.
Apagón nacional: un desafío para toda Cuba
El fenómeno dejó a la mayoría de la isla sin electricidad, y las autoridades enfrentan el reto de restaurar el servicio en medio de la devastación. El corte energético afecta la comunicación, el acceso al agua potable y otros servicios básicos, complicando aún más la situación para millones de cubanos.
Desplazamiento del huracán y pronósticos para el Golfo
Aunque Rafael ya se aleja de Cuba, sus efectos todavía persisten en las condiciones meteorológicas de la región, con pronósticos de lluvias intermitentes y ráfagas de viento en varias áreas de la isla. Mientras, la trayectoria del huracán continúa hacia el Golfo de México, generando alertas en áreas del litoral mexicano.
Desafíos para la reconstrucción
La infraestructura debilitada en Cuba aumenta los retos de recuperación, pues numerosos edificios, construidos hace décadas, requieren mantenimiento urgente. En zonas afectadas como La Habana, los residentes expresan temores sobre la seguridad de sus viviendas y exigen mayor atención a las estructuras deterioradas para evitar futuros desastres.
Resiliencia cubana: esperanza en medio de la crisis
Ante el panorama desalentador, la resiliencia de los cubanos se destaca. La comunidad ha comenzado a unirse para limpiar calles y apoyar a los más afectados. Sin embargo, las necesidades materiales y de infraestructura demandan apoyo externo y una intervención eficiente para restablecer la normalidad en la isla.