En esta era digital donde cada truco de limpieza y vida hogareña parece surgir de TikTok, la última moda es usar sal para transformar tu baño en un santuario de frescura.
La premisa es sencilla: espolvorear sal en el inodoro, dejar reposar unos minutos y luego tirar de la cadena para despedirte de los olores desagradables y de esas manchas rebeldes que ningún limpiador parece poder eliminar.
Pero, ¿qué tan efectivo es realmente este truco? La sal tiene propiedades conocidas por su capacidad para deshidratar y afectar a ciertos microorganismos, lo cual puede hacer que las bacterias se sientan un poco incómodas.
Sin embargo, eso no significa que la sal sea la solución definitiva para la limpieza profunda. Para desinfectar de verdad, se requieren productos diseñados específicamente para eliminar gérmenes y asegurar la higiene.
Además, hay que considerar los efectos secundarios no deseados: las tuberías de PVC, por ejemplo, podrían no apreciar la sal tanto como tu inodoro, ya que puede acelerar su deterioro.
Para aquellos que buscan un olor más fresco y un ambiente más limpio, mezclar sal con bicarbonato de sodio o aceites esenciales podría ser una opción, aunque siempre con moderación y cuidado.
¿Y qué hay del famoso uso de la sal para destapar desagües? Aunque algunos expertos sugieren que podría ayudar en ciertos casos, la cantidad requerida podría hacer que tu despensa parezca una tienda de suministros marinos.
En lugar de eso, considera métodos más efectivos como el vinagre blanco o fórmulas específicas para destapar que realmente se han probado en el campo de batalla de los desagües obstinados.