Armada con un paraguas, entró una mujer a un cybercafé en Tizayuca, Hidalgo para acusar y reclamar al dueño, que por la culpa de su negocio y sus «demoniacos» videojuegos su hijo andaba mal en la escuela.
«Pendejo»…»Pin… perro maldito» gritaba la mujer quien también le exigía que hiciera «algo productivo con su vida», porque «por culpa» de su cybercafé y los videojuegos su querubín saca malas calificaciones.