“Una vez que enfrentas ese miedo y lo haces, te sientes mucho mejor contigo mismo. Lo mejor que he hecho ha sido cambiar”, dijo el ex cura que ahora se llama Alisha Cacace, de Basingstoke (Inglaterra), quien toda su vida fue educada en el seno de una familia católica.
Luego de estudiar entró al seminario para convertirse en sacerdote, pero dentro sentía que algo no estaba bien, pues toda la vida sintió que era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre, por lo que finalmente, este sacerdote colgó los hábitos para alcanzar su sueño de «convertirse» en mujer.
Pero, ¿cómo se decidió a hacer el cambio?
Sucedió que una noche, el cura de 37 años, tomó el valor de ir a un bar gay y en ese momento supo que debía hacer lo que quería hacer y de inmediato inició su transición para ser mujer y desde el año pasado, comenzó un tratamiento hormonal.