Con un prestigio mundialmente reconocido gracias a su tradición en la fabricación de instrumentos de escritura, en 1997, Montblanc crea La Montblanc Montre, en Le Locle para iniciar su incursión en el selecto mundo de la Alta Relojería. Ese mismo año la manufactura participa por primera vez en el SIHH presentando el reloj Meisterstück.
Desde entonces, Montblanc ha conseguido un merecido reconocimiento en su recorrido durante estas tres décadas de historia, no sólo por haber alcanzado el objetivo de ser considerada como una de las integrantes del selecto Grupo de Manufacturas de Alta Relojería, sino también por haber dedicado parte de sus esfuerzos a desarrollar colecciones con una relación calidad-precio impecables. De este modo, los Relojes Montblanc acercan la relojería mecánica a un espectro más amplio al público.