Todos de alguna forma u otra alguna vez hemos experimentado ese amor intenso que lejos de proporcionarnos alegría nos llena de dudas y dolor, ese amor que no podemos controlar.
Lo primero y mas es importante es saber distinguir entre el amor y el apego, son dos cuestiones muy distintas pero a menudo nos confunden, esto es un problema que se da fácilmente en las relaciones de pareja. A menudo es difícil aceptar que la relación ha terminado y entender que lo que sentimos ya no es amor si no el apego.
¿Que es el apego? Se trata de la fuerza de atracción y la necesidad consiente o inconsciente de estar con la otra persona. En este sentido, el apego esta relacionado con la fuerza del hábito.
Los humanos necesitamos de apego, el apego nos da seguridad y nos ofrece una cálida sensación de protección. Nuestras relaciones amorosas están influenciadas por nuestras experiencias de apego en nuestra primera etapa de vida.
El lado negativo del apego se presenta cuando viene acompañado de inseguridad y aparece el fantasma del temor al abandono. Ese miedo puede manifestarse en la necesidad de mantenerse cerca de la pareja el máximo tiempo posible, llegando a crear un ambiente asfixiante, este tipo de apego puede representar un problema.
No te permitas caer en tus propias mentiras o fantasías que solo inventas en tu cabeza, pensar que no puedes pasar ni un solo momento sin saber de la otra persona y buscar cualquier excusa para verlo y sentir su presencia a cada momento te puede llevar a crear situaciones confusas. En este sentido la cercanía física ofrece la ilusión de que ademas hay cercanía emocional. La cercanía física puede ser el producto de una fuerte dependencia y este a su vez conducir a situaciones tormentosas y que te darán solo sufrimiento.
No te confundas y recuerda que el amor es la demostración de afecto, cariño, pasión y admiración por el ser amado pero de una manera controlada, con sentido de lo propio y lo ajeno con una distancia afectiva entre lo que es mi persona y la otra, esa es la clave que nos armoniza al estar juntos, pero cada quien independiente y en control de su vida.
El placer de amar y ser amado es para disfrutarlo, sentirlo y saborearlo. Pero si sientes un vacío incontrolable cada vez que te despides de tu pareja, si verlo se vuelve indispensable para seguir viviendo y tu mente se desgasta pensando en él o ella; creo que calificas en el rango de «dependiente del amor».
El sentimiento del amor es la variable más importante al tener una pareja, pero no es la única. Una buena relación de pareja también debe fundamentarse en el respeto, comunicación sincera, el deseo, los gustos, valores, el humor, sensibilidad, amistad entre otros.
Recuerda que el «AMOR» mueve al mundo y la dependencia lo frena. La idea no es reprimir las ganas naturales que surgen del amor, sino fortalecer la capacidad de soltarse cuando haya que hacerlo.