Los sismos de Japón y Ecuador nos recuerdan la importancia de estar preparados porque el próximo sismo (sí, siempre habrá un próximo sismo) no tiene fecha ni hora.
Japón se reconoce internacionalmente como el país más preparado y con el mejor desarrollo de ingeniería antisísmica, sin embargo, el terremoto de Kumamoto evidenció que los hogares siguen siendo uno de los sectores con mayor rezago al respecto. ¿Nos hemos detenido a pensar si tenemos un hogar seguro?
En México, a raíz del terremoto de 1985 se realizó un mejoramiento de las normas de construcción por lo que las construcciones más recientes, como la Torre Mayor y la Torre Bancomer, fueron diseñadas con nuevas tecnologías que reducen el movimiento de toda la estructura y prevén los efectos que provoca el suelo blando de la Ciudad de México ante un sismo.
Como ejemplo, la tecnología utilizada en la Torre Mayor, consistió en equipar al edificio con dispositivos disipadores de energía mediante sistemas de amortiguadores altamente eficientes para reducir la fuerza sísmica en la estructura y los movimientos que provoca; además, la cimentación para la Torre es una combinación de sistemas conformado por pilas y losas. El edificio está basado en pilas de hasta 1.50 m de diámetro llegando al estrato duro o depósitos profundos hasta 40 m.
¿Y los hogares? – Tan solo deben respetar las normas de construcción vigentes para cada localidad aunque es muy común la autoconstrucción en México y Latinoamérica en general. Muchas casas, las autoconstruidas, no cuentan con cálculos ni diseños hechos por ingenieros.
Es común ver pequeñas edificaciones donde hay muros que mezclan ladrillos con blocks solo para “que tenga bonita vista”: quienes realizan estas prácticas desconocen que la combinación de materiales responden de diferente manera ante la fuerza a las que son sometidos durante un sismo y que esto puede causar falla colapsando las estructuras en la gran mayoría de las veces. También, es muy común que por ahorrar unos cuantos se utiliza material de baja calidad o se reducen elementos necesarios como columnas y castillos.
Como lo mencioné, además de respetar las normas de construcción para tener hogares seguros ante sismos, se están desarrollando nuevas tecnologías, pero también, se están redescubriendo técnicas que utilizan materiales como el bambú.
Recientemente, el Centro Nacional de Prevención de Desastres en asociación con una asociación de origen colombiano, trabajan conjuntamente realizando pruebas experimentales para conocer el comportamiento del bambú ante sismos.
No parece una idea descabellada si reconocemos que el bambú posee características de alta resistencia, bajo peso y fácil maleabilidad con herramientas simples, tiene una tradición milenaria en el mundo de la construcción.
En Colombia hay viviendas construidas con este material, llamadas “tembloreras”, que tienen edades de hasta 200 años las cuales siguen en pie a pesar de estar ubicadas en zonas altamente sísmicas en Colombia.
Tenemos la alerta sísmica como gran herramienta de prevención, usémosla y hagamos simulacros para evaluar nuestra reacción y respuesta, pero si tienes dudas sobre la seguridad de tu hogar, consulta con especialistas (ingenieros estructurales) o acude a las unidades de Protección Civil de tu localidad para que te indiquen si debes realizar algunas mejoras o refuerzos. Si tu casa necesita algunas modificaciones, tan solo recuerda que la vida de cada integrante de nuestras familias no tiene precio.
¡Opina, comparte y súmate a la prevención!