El Popocatépetl inició 2018 continuando un proceso eruptivo que inició en octubre del año pasado. Durante varias semanas, han sido constantes las explosiones y emisiones de ceniza que, por ahora, no representan mayor riesgo más que para la salud si estamos expuestos a ellas y no utilizamos cubrebocas para proteger nuestras vías respiratorias.
Si recuerdan, en octubre de 2017 se registraron una serie de explosiones que destruyeron un domo de lava emplazado en el cráter desde semanas o meses previos dando fin a ese ciclo eruptivo (ciclo de formación y destrucción de domos). Sin embargo, había indicios de que algo más estaba gestándose en el Popocatépetl pues los sismos volcanotectónicos señalaban que el sistema se estaba presurizando, probablemente, porque más magma estaba ingresando al volcán.
Video: fuerte explosión del 5 de octubre de 2017 la cual también causó un estruendo escuchado en las cercanías del volcán.
Estos sismos volcanotectónicos, que suman más de 500 en los últimos tres meses, pueden ser tomados como precursor indicando que existen esfuerzos al interior del volcán al romper la roca en conductos cercanos y en las zonas próximas al volcán por aporte de magma de zonas más profundas hacia la superficie.
Este video te ayudará a entender la sismicidad volcánica. Aunque está elaborado para explicar sismicidad en volcanes que llevan años o siglos durmiendo, muchos de estos procesos aplican para volcanes como el Popocatépetl:
Además de los sismos volcanotectónicos, Cenapred también ha reportado tremor durante los últimos meses lo cual indica ascenso de magma, aunque a una tasa muy baja, es decir, un domo de lava estaba formándose muy lentamente y que finalmente fue destruido (aparentemente) la tarde del martes 30 con una potente explosión que clasifica como erupción vulcaniana (tipo de erupción).
Esta explosión, de las 16:21 h, generó una columna eruptiva superior a 3 km de altura -no ganó mayor altura por los fuertes vientos que dominan esa zona por arriba de los 5000 m n.n.m.- y fue escuchada en localidades cercanas al volcán de Morelos, Estado de México, Tlaxcala y Puebla e incluso en algunos sectores al poniente de la capital poblana; de acuerdo a observaciones satelitales, la ceniza se desplazó sobre el Estado de México y Tlaxcala (como un abanico de dispersión).
Ver este tipo de actividad, que evidentemente ha sido más frecuente, lleva a personas a preguntar: ¿cuándo cambia el nivel de alerta?
Los niveles de alerta volcánica tienen el propósito de preparar a la población expuesta ante eventual incremento o decremento de la actividad y así poder realizar acciones de prevención para proteger a la gente y sus propiedades.
Los colores verde, amarillo y rojo, indican diferentes niveles de peligro con base a la actividad observada visual e instrumentalmente y los escenarios previstos dado el nivel de actividad histórico y actual.
Los cambios de alerta los determina Protección Civil – SEGOB con base a las recomendaciones de un comité de especialistas de Cenapred y UNAM quienes evaluar el comportamiento del volcán. Estas recomendaciones o decisiones no son tomadas basándose en qué tan espectacular es una explosión o qué tanto miedo (por no estar informado) cause a la gente, sino con base en las evidencias instrumentales que sugiera que la actividad puede rebasar los escenarios previstos incrementando el riesgo de algún tipo de afectación para las comunidades cercanas.
Es por ello que existe una zona de exclusión de 12 km y es de suma importancia entenderla. El mayor peligro está contenido dentro de esta zona, en las proximidades del cráter donde pueden caer grandes fragmentos de rocas incandescentes y ceniza que no solo quema sino asfixia por su alta concentración; por lo tanto, toda la actividad que hemos observado se encuentra dentro de los escenarios esperados y con afectaciones exclusivamente en las zonas más próximas al cráter, no más allá, no cerca de pueblos o personas. ¡Consulta los mapas de peligros de Cenapred!
¿Qué más va a pasar? Aún estamos por ver qué es lo que hará el Popocatépetl en los siguientes días o semanas. Es poco probable que este ciclo eruptivo haya terminado con esta explosión dados los precursores y actividad observada durante semanas previas. Lo más importante es mantenerse informado y evitar propagar rumores o información que muchas veces es flagrantemente errónea y sensacionalista.
Así como debemos aprender a vivir con sismos, debemos aprender a vivir con volcanes y todos los peligros naturales que afectan a México. La pregunta para evitar los desastres no es cuándo van a ocurrir estos fenómenos sino qué tan bien preparados estamos como individuos y como sociedad.
El Popocatépetl es uno de los volcanes más vigilados del mundo y México cuenta con grandes especialistas quienes monitorean, desde Cenapred, cada respiro del volcán las 24 horas durante todo el año.
¡Opina, comparte y súmate a la prevención!