Hace apenas unos días, en un anuncio conjunto de la NASA y NOAA, 2016 fue declarado como el año más cálido del que se tienen registros reflejando la grave crisis medioambiental a la que se está enfrentando la humanidad.
El informe de las agencias americanas indicó que la temperatura promedia en 2016 fue de 0.99ºC por encima del promedio del siglo XX estableciendo récord y superando el récord previo por .07°C, parecen cifras mínimas pero a escala global esa diferencia es mucho más que alarmante.
Recordemos que el origen del calentamiento global inicia con la introducción de nuevas tecnologías durante la revolución industrial en el siglo XVIII; desde entonces, la incesante actividad industrial del ser humano, encaminada a satisfacer las necesidades de la población, ha sido responsable de emitir todos aquellos gases de efecto invernadero que atrapan el calor que recibe la Tierra de nuestro Sol.
2016 no fue únicamente el año más caluroso de la historia sino que ocho de los 12 meses que componen el año, de Enero a Septiembre -con la excepción de Junio-, fueron los más cálidos registrado para esos meses respectivos; octubre, noviembre y diciembre de 2016 fueron los segundos más calurosos de esos meses en el registro, indicó el informe conjunto de NOAA y NASA. Ignorar estos datos es criminal pero conocerlos y hacer caso omiso de ellos es simplemente inhumano.
137 años de investigaciones respaldan que la Tierra está viviendo -en estos momentos- un ya inevitable cambio climático, aún si cada país y cada habitante del planeta realizara acciones para mitigar estos efectos. Muchos de estos esfuerzos por combatir el calentamiento global están por perderse por causa de una sola persona: Trump.
El ahora presidente de Estados Unidos, lleno de perversos y oscuros intereses, está dando marcha atrás a muchos de los compromisos como el Acuerdo de París para combatir las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas a los combustibles fósiles; y no solo eso, retrocede hacia políticas que privilegian el uso de combustibles fósiles al mismo tiempo que pretende borrar de la memoria hechos y realidades al eliminar todo vínculo sobre cambio climático de la página web de la Casa Blanca.
Este martes, la comunidad científica americana e internacional, mostraron gran preocupación por la reactivación del plan para construir un oleoducto y la censura que ha impuesto el gobierno americano en torno al calentamiento global y cambio climático prohibiendo que agencias ambientales/parques nacionales informen -bajo cualquier medio- datos, hechos o actividades relacionados a estos temas porque, seguramente, la ciencia contradice la “visión empresarial” del nuevo gobierno americano.
El evadir e ignorar la responsabilidad como país como contribuyente al calentamiento global, no los excluirá de sus efectos sino todo lo contrario: seguirán siendo azotados por más tormentas severas, fuertes y prolongadas sequías, ciclones más intensos y muchas de sus zonas costeras, principalmente Florida, verán hundirse ante el crecimiento del océano por el hielo derretido de los glaciares.
Por último, la NASA publicó una imagen captada por el nuevo satélite GOES-16 que estudiará con mayor detalle todos los fenómenos hidrometeorológicos. Valdrá la pena recordarla por su belleza y fragilidad pero sin olvidar que nuestro planeta está siendo destruido por decisiones que también van en contra de la humanidad.
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