¿QUIÉN ES REALMENTE BELLO?
En esta ocasión tengo el gusto de compartirles un escrito que hizo para nosotros la psicoterapeuta Trinidad Razo (trinidadrtm@gmail.com) miembro de Iskalti que es un centro de atención y educación psicológica en el Estado de México. No se lo pierdan:
Muchas personas pagan por ser más bellas, por tener mejores cuerpos, piel, pelo, uñas, piernas. Algunas cambian por estética ciertas partes de su cuerpo: glúteos, senos, nariz, parpados, se rellenan los labios, compran perfumes caros para oler muy bien y todas ellas van en búsqueda de ser más hermosas. Cabe mencionar que no es exclusivo de las mujeres, los hombres han entrado al mercado del consumo, del cuerpo objeto de compra-venta, como lo analiza Foucault en sus textos. No se dan cuenta de que aquello que buscan está en el interior de cada uno y eso los persigue o acompaña a pesar de modificar toda la fachada con la que nacen.
Pero quiero remontarme a quienes nos hacen bellos, quienes posibilitan que alguien se ame y se sienta amado tal cual es. Así, este mensaje va dirigido a las personas que hacen posible esta realidad, a quienes deciden que mediante su cuidado, amor y protección, aportarán características favorables a quien será hermoso en el futuro. Este tratamiento no vale millones de pesos, no se tendría que gastar una fortuna para volver al otro un bello ser, tampoco implica viajar para obtener mejores resultados, muchos estarían satisfechos con conocer esta fórmula.
Algunos psicoanalistas han hablado de la importancia de los vínculos entre los seres humanos como la primera dupla (mamá-bebé), aquella que implica cuidados y que es la relación que nos marcará el resto de nuestra existencia. A través del estilo de crianza, de apegos, de cuidados necesarios para subsistir y existir en un mundo que es nuevo y al cual se enfrenta un ser indefenso, el cuidador es quien traduce esos códigos que el menor no sabe interpretar. Lo anterior se da a través de los vínculos y la forma en que un tercero (el padre) se hace presente para ambos participantes de la dupla (mamá-bebé). Lo anterior resume las ideas de los psicoanalistas: Winnicott, Bion, Bowlby.
Sin embargo, si entendemos esto, podemos reconocer por qué millones de personas están en búsqueda de la belleza externa, y hacen lo imposible por preservarla de forma física y material, pues parece que de alguna manera no se logró de forma exitosa ese tipo de vínculos, apegos y cuidados. En casos extremos, se puede reconocer que además de esos vínculos, apegos y cuidados dados en la crianza, también se compartieron una serie de frustraciones, odios, desamor y, en casos extremos, destrucción, los cuales son dados al otro (hijo) de forma inconsciente o consciente. Esto lo vemos muy frecuentemente en la clínica, es deci,r en la consulta de psicoterapia o en procesos sociales como la violencia, la intolerancia, el racismo, etc.
A pesar de que no se gastan millones para obtener este resultado, se requiere de mucho trabajo emocional-psíquico, el cual está vinculado con lo que se va heredando generación tras generación, con las capacidades para relacionarse, para dejarse a sí mismo para prestarse emocionalmente a ese otro (hijos o quienes dependen de los adultos), y con la capacidad de reconocer un sin número de emociones que se jugarán en una nueva relación, una que dura para toda la vida, que no termina a pesar de los años, además de que genera nuevos vínculos y, me atrevería a decir, que puede ir más allá de la muerte, pues cuando alguno de estos miembros de relación falta, todo lo que de ellos se aprendió queda dentro y funciona cada vez que éste vuelve a tener nuevos vínculos de amor y de relación, a esto le llamamos las partes internalizadas de los objetos mentales.
Cada vez que una pareja decide unirse y crear de forma consciente o inconsciente un nuevo ser o cuando alguna persona decide hacerse cargo de otro que está necesitado de cuidados y protección, hace posible la magia de procurarle a este nuevo ser la capacidad de embellecerse, de volverse creativo, lleno de vida (libido de amor), le da la oportunidad de darse y atender al otro compartiendo su espacio emocional y temporal (libido de objeto), y lo torna capaz de amarse y ver su propia hermosura en ese otro que es dependiente de él (narcisismo), lo cual sería la famosa autoestima y autoconcepto.
Tampoco se trata de ver cosas dónde no las hay, es decir, creer que se es él más hermoso y que todos los demás están por debajo de su persona, pues hablaríamos de las mismas carencias sólo que en sentido inverso, o de descuidarse y pensar que cuidarse implicaría ser egoísta o banal. Se trata de reconocerse tal cual (virtudes y defectos), de entender su postura y posición actual de acuerdo a su historia y potenciar su propio crecimiento, no en comparación a otros, sólo de sí mismo, haciendo uso de la creatividad, de la capacidad de relacionarse con otros de manera real y profunda, lo cual permite crear lazos de amor y amistad. Y, tal vez, esto hace que se potencie de forma natural la belleza que acompaña el interior, en otras palabras, el aspecto físico que vamos a dejar notar y a compartir con los demás.
Eso es parte de lo que hacemos en el quehacer psicoterapéutico de orientación psicoanalítica, donde a través de una nueva relación (terapeuta-paciente) se generarán nuevos vínculos que permitan reconstruir los miedos, ansiedades, percepciones de sí mismos que se formaron en las primeras relaciones, es decir, con sus padres o cuidadores, que por algún motivo se dan en forma desfavorable, pues ellos a su vez también vivieron la misma historia. En palabras coloquiales, el terapeuta y el paciente se sentarán a ver la película que hace años aconteció para ambos (intersubjetividad); pero con la opción de remasterizarla o crearle nuevos efectos que le hagan ver mejor o que permitan comprenderla con más claridad. Es de esta forma como el aparato mental se puede reestructurar y que se pueden hacer cambios profundos en las personas, menciono a Alexis en su artículo sobre Trump: El psicoanálisis gana la batalla de la subjetividad y rompe barreras. Éste es el psicoanálisis.
Entonces, ¿ya sabes quién es realmente bello? Tal vez quien enfrenta, reconoce y disfruta su vida como es, busca mejorar siempre (aunque sabe sus limitaciones sin sentirse frustrado), y fue amado y aceptado. Aunque si esto no fue posible, ese vínculo se puede reconstruir a través de la reparación de vivencias dolorosas.