Aunque con frecuencia escuchamos hablar de antioxidantes y oxidación, es claro que no tenemos ni idea de a que es a lo que se refiere este asunto.
En química la oxidación se lleva a cabo cuando un átomo pierde un electrón y lo cede a otro átomo, entonces el que pierde el electrón es el que se oxida y el que lo recibe se reduce. Este fenómenos ocurre de manera continua en un dinamismo insospechado en el interior de nuestro cuerpo, de hecho, para que podamos generar energía o moléculas de ATP (molécula universal de la energía) necesitamos oxidar en un proceso denominado fosforilación de moléculas de glucosa principalmente y opcionalmente de grasa o de proteínas. Este proceso se lleva a cabo en todas las células en una unidad productora de energía denominada mitocondria y que tiene su propio DNA, RNA y sistemas de remodelación que ayudan a su preservación a pesar de que se dañe el DNA del núcleo celular.
Esta simbiosis de la mitocondria célula sin núcleo y las células con núcleo se dio hace 1500 millones de años cuando una célula con núcleo se vio invadida por una célula sin núcleo tipo bacteria, al darse cuenta la célula con núcleo que esta célula sin núcleo le servía como unidad productora de energía, la adoptó en lugar de destruirla y le proporcionó nutrientes indefinidamente para sus funciones y bienestar.
La oxidación y la reducción se mantiene de manera constante en un balance y equilibrio que permite que no se desajuste el metabolismo o se dispare la inflamación, sin embargo, en el caso de estrés oxidativo cuando se sobrepasa el equilibrio, se generan substancias que promueven el proceso inflamatorio (interleucinas o citoquinas), a expensas de estos cambios se impacta en el genoma (DNA del núcleo), se altera el metabolismo y se abre paso a muchos cambios a corto y largo plazo que impactan sobre las funciones del cuerpo humano y sus características externas (proceso de envejecimiento).
Las interleucinas son substancias que se encargan de interconectar en el espacio intercelular a unas células con otros, para que a través de su mensaje una célula pueda enterarse de lo que sucede en otra, dependiendo del tipo de interleucina así será entendido el mensaje, puede ser una interleucina que fomente la elevación de glucosa, otra que promueva la liberación de endotoxinas, otra que eleve la temperatura, que estimule la formación de coágulos, que mande información para la neoformación de vasos sanguíneos como en los tumores o que informe con señalizaciones que una célula que debe destruirse porque es tumoral, sea identificada por los glóbulos blancos para ser eliminada.
Existe un enlace entre el genoma, la oxidación, la inflamación y el metabolismo, hay una estrecha relación entre estos eventos que nos explica la presencia de enfermedades agudas y crónicas, que nos muestra los mecanismos de cómo fueron adquiridas, que nos expone los eventos del medio ambiente que influyeron sobre los cambios que alteraron la oxidación y la inflamación.
Circunstancias como el embarazo que es un estado de vulnerabilidad y de adaptabilidad, aclaran el por qué de la programación fetal con sus consecuencias buenas y malas a largo plazo, puede ser que en este estado fetal se quede programado un organismo para presentar Diabetes tipo 2, Obesidad, Hipertensión Arterial o predisposición al Cáncer.
Así pues la combinación de genética, oxidación, inflamación y cambios metabólicos ocupa el interés actualmente de la científicos para detener las grandes epidemias como lo son la Obesidad, el Cáncer, las Enfermedades Cardiovasculares, el Parkinson, el Alzheimer y la Ateroesclerosis.
En el interior de las mitocondrias, de las células, del torrente sanguíneo y de los tejidos existen enzimas que forman parte del sistema de antioxidación y que amortiguan los acontecimientos de estrés oxidativo en la medida de sus capacidades, se auxilian además de antioxidantes externos como la clorofila, la vitamina A, C, E, selenio, tocoferoles, flavonoides, carotinoides y compuestos fenólicos que se encuentran en la frutos rojos, verduras, frutas y vegetales.
La mejor manera de mantener el equilibrio de la oxidación no es consumiendo antioxidantes, sino realizando ejercicio físico, consumiendo una dieta sana lo más orgánica posible, exponiéndose lo menos posible a ambientes tóxicos contaminados y evitando consumir alcohol en exceso, drogas, así como grasas saturadas y conservadores como los nitritos.
Dr. Alejandro Cárdenas Cejudo
Fellow of the American College of Physicians
Representante de ISIM en México
Expresidente del CMIM
Expresidente de la SMHAP
Maestro en Administración de Instituciones de Salud