Sabiendo que la causa de muerte más frecuente en nuestro país en adultos sin importar el sexo son las enfermedades cardiovasculares, no cabe duda q Como evaluar la función de mi corazón
ue el primer cuestionamiento que nos haríamos es cómo podemos evitar esto o como podemos saber en qué condición se encuentra nuestro corazón.
¿Un electrocardiograma es suficiente para evaluar al corazón?, la respuesta es no, porque solamente esta retratando el momento en que se tomó, con relación a su función y ritmo. Sin embargo si sirve para saber si existe ya un daño definitivo, o deformidad de las cavidades, bloqueos de la conducción eléctrica o cambios de ritmo que ya quedan establecidos.
La prueba más valiosa para determinar la funcionalidad del corazón, su capacidad aeróbica, su resistencia, oxigenación, irrigación muscular y capacidad de bombeo es la PRUEBA DE ESFUERZO, que consiste en colocar electrodos como si se fuera a tomar un electrocardiograma, pero ahora en una prueba dinámica donde el individuo caminará inicialmente, luego trotará y después correrá hasta alcanzar el 85% de su frecuencia cardiaca esperada que se calcula descontando de la constante 200 la edad, es decir si yo tengo 50 años, se los resto a 200 y me quedan 150 latidos que es la frecuencia cardiaca máxima esperada en esfuerzo (el 100%) ahora solo le resto un 15% (22.5 latidos) y me quedarán 127.5 latidos que constituyen el 85%, que una vez alcanzados se comienza a disminuir la velocidad progresivamente, hasta que se detiene por completo la banda sin fin donde se lleva a cabo la prueba, que también puede hacerse en una bicicleta, o en frío administrando medicamentos por vía intravenosa que simulan el ejercicio.
Con esta fuerza desafiamos la condición cardiaca, la llevamos al acmé sin riesgo, ya que continuamente estamos observando su comportamiento y en caso de observar alteraciones que signifiquen riesgos detendremos la prueba de inmediato para calificar la condición que presenciamos sin tener que poner en peligro al paciente.
En la prueba de esfuerzo podemos observar la presencia de arritmias en el esfuerzo, la falta de progresión de la frecuencia cuando debería de elevarse, los desniveles de las ondas que nos revelan riesgo de lesión o la inversión o aplanamiento de las misas, que nos están manifestando una deficiente circulación de las coronarias.
Existen como en todas estas pruebas falsas positivas y falsas negativas, esto debido al comportamiento normal del organismo que en ocasiones nos oculta o compensa de tal manera que nos engaña ante un daño presente, o, nos exhibe de manera exagerada un mínimo cambio, o una opresión muscular, o una respuesta fisiológica como una mala circulación coronaria que nos puede poner en una falsa alerta.
La prueba de esfuerzo se puede complementar ante la necesidad con una prueba de esfuerzo con talio en el gamagrama inyectando la substancia (talio) y observando el comportamiento de su distribución en el músculo cardiaco lo que nos deja ver si existe una deficiente irrigación coronaria ante el reto del ejercicio.
Este desafío del ejercicio tiene por objeto exponer a un estado de estrés controlado al corazón para determinar si cumple con los requerimientos que una demanda en la actividad puede exigirle bajo circunstancias normales en la vida de una persona.
Se toma en cuenta desde luego la condición física de los pacientes y se tiene presente que en nuestros medios la mayoría de los pacientes son sedentarios, lo que limita mucho la posibilidad de terminar la prueba con éxito para que pueda ser valorable.
Otra prueba complementaria indudablemente para determinar si un paciente puede lograr terminar la prueba es la que hacemos en Ejercicio es Medicina, que consiste en someter al paciente a una carrera de 6 minutos (prueba de Hooper modificada), donde pretendemos que haga un esfuerzo estable durante 5 minutos y luego en el último minuto o últimos 30 segundos realice un esfuerzo mayor cuantificando su frecuencia cardiaca al terminar, luego al minuto y después hacer la resta para calcular la frecuencia cardiaca de recuperación que se espera sea mayor de 10 latidos para que sea significativa, si sus calificaciones en esta prueba son buenas entonces se puede programar para una prueba donde tendremos muchas posibilidades que termine.
El ecocardiograma es otra prueba que da mucha información adicional del tamaño, capacidad de bombeo, grosor de las paredes, movilidad muscular y presiones en la diferentes cavidades, además se pueden aplicar medicamentos por vía intravenosa para simular el esfuerzo y crear la condiciones de un desafío como en la prueba convencional con ejercicio físico. Esta prueba en sus dos versiones es muy sensible.
Si de arritmias se trata otra prueba complementaria es el Holter de 24 horas que puede también hacerse para rastrear el comportamiento de la presión arterial en el mismo lapso, llevando una bitácora de lo que se hace en un día normal y su noche. El Holter ayudará a detectar arritmias y cambios de presión arterial que de otra forma no son detectables.
Con relación al laboratorio hay condiciones que se asocian al daño a la función o a las estructuras del corazón, entre ellas se encuentran las elevaciones del colesterol y su nociva fracción LDL o colesterol que tapa las arterias de todo el cuerpo incluyendo las del pene, las coronarias y las del cerebro. Así pues un colesterol elevado tiene un efecto deletéreo en proporción directa al tiempo que ha durado fuera de control y sin ser acotado. Lo mismo sucede con la elevación del azúcar en la prediabetes y en la diabetes, que promueven un proceso inflamatorio en la superficie de los vasos sanguíneos que los haces susceptibles a que se les pegue la grasa y formen capas de ateroma originando la dañina ateroesclerosis.
Algunos procesos infecciosos por virus y bacterias pueden ocasionar el mismo efecto sobre los vasos sanguíneos favoreciendo la oclusión y ocasionando el tan temido infarto.
Sobrepeso, consumo irracional de alimentos, vida sedentaria, consumo de tabaco, falta de cultura en salud, deficiente educación y nivel de recursos económicos y culturales deficientes son factores que socialmente determinan que nuestra población sea de alto riesgo, marcada además por una genética inclemente y altamente proclive a ser modificada en su comportamiento por los malos hábitos y las condiciones ambientales. La baja oferta de alimentos en algunas circunstancias y la excesiva oferta de alimentos en otras, facilitan en proceso de desequilibrio en la salud llevando al estado de enfermedad a nuestros pacientes con tendencias desde antes del embarazo que se consolidan en la vida adulta.
Las enfermedades cardiovasculares se pueden prever, nuestra genética apunta en los antecedentes al riesgo, nuestros hábitos pueden ser determinantes y nuestras acciones más aún en el intento de controlar esta agresión que tiene centro en la diana para ser flechado y derrotado.
La salud, la educación y la posibilidad de preservar nuestra vida son situaciones estrechamente relacionadas.
Dr. Alejandro Cárdenas Cejudo
Médico Internista
Presidente de Exercise is Medicine en México
Presidente de Ejercicio y Nutrición son Salud y Prevención
www.dralejandrocardenas.com