En octubre de 1961 el entonces rector de la UNAM, Ignacio Chávez, ocupó espacios en la prensa mexicana con una propuesta: por cada habitante del otrora Distrito Federal, esta casa de estudios recibiera un peso para destinarlo a la Hemeroteca Nacional, depositaria del patrimonio periodístico de México.
La iniciativa no prosperó, pero quedó registrada en los periódicos que la Hemeroteca resguarda y en los que han quedado plasmados sus 80 años de vida, los cuales celebrará con la exposición “Fugacidad y Memoria”, en la que se rememorarán hitos de su historia.
La coordinadora de ese recinto universitario, Ana Laura Peniche Montfort, informó en entrevista que este año se celebran ocho décadas de esta institución y la sociedad está invitada a visitar la muestra que se instalará, el 30 de agosto, en la Sala de Exposiciones del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB), de la UNAM, encargado de administrar la Biblioteca y Hemeroteca nacionales, en Ciudad Universitaria.
Además de diversos materiales periodísticos de momentos memorables, se exhibirán fotografías y objetos que revelan los cambios que ha tenido en su labor, que muestran la manera en que se vinculan los bibliotecarios y los usuarios con el acervo.
“Conmemoramos la creación de la Hemeroteca Nacional, que se dio el 28 de marzo de 1944. El acervo compartía edificio con el de la Biblioteca Nacional de México y se separaron debido a la gran cantidad de periódicos y revistas que ya había. Estos se trasladan al extemplo de San Pedro y San Pablo, sede en la que se le denomina Hemeroteca Nacional”, relató Peniche Monfort.
La exposición considera como elementos de relevancia: el tiempo, las acciones que se llevan a cabo en la Hemeroteca; los personajes y objetos.
Respecto al tiempo, se ha organizado en cuatro bloques de 20 años: de 1944 a 1964 se aborda su fundación; de 1965 a 1984 se denominó el periodo “de emergencia y modernización de los servicios y procesos”.
Los años de 1985 a 2004 se les considera de estabilidad y crecimiento; y de 2005 a la fecha, de modernidad y preservación ya que se han registrado procesos relevantes como la digitalización del acervo y la creación del Centro de Preservación Documental de la Biblioteca y Hemeroteca nacionales, en Juriquilla, Querétaro, espacio que permitirá el sano crecimiento del patrimonio nacional por los próximos 50 años.
La coordinadora subrayó también el interés por describir las funciones esenciales que realizan: resguardar, procesar, consultar y documentar. “Entrecruzamos estas cuatro épocas con cuatro acciones para contarle a los usuarios cómo estos procesos han evolucionado en el tiempo, empleando distintos objetos, tecnologías y herramientas”.
Se exhibirá desde las papeletas en las que se registraba la información de manera manual en los años 70 y 80, hasta la última tecnología con la que se hace la migración de los formatos impresos a lo digital, la generación de soportes alternativos como microfilmadoras, escáneres de digitalización para los colores de las publicaciones, entre otros.
“El principal cambio ha sido la tecnología, que ha modificado todos los procesos y que ha sido el mayor reto del personal bibliotecario: adaptarse a dichas tecnologías”, agregó la licenciada en Restauración y maestra en Diseño Industrial.
Puntualizó que la Hemeroteca Nacional resguarda cerca de ocho millones de ejemplares y el mayor ingreso se da, principalmente, por el depósito legal, es decir, por la responsabilidad que tienen los editores del país de entregar dos ejemplares impresos y uno digital de todo lo que producen.
Así, se reciben materiales de los estados de la República mexicana, incluso de naciones que hablan sobre México. “Año con año ingresan más de 100 mil ejemplares que procesamos para ponerlos a disposición de los usuarios. A partir de 2021, con la publicación de la Ley General de Bibliotecas, también recibimos todas las publicaciones en su formato digital”, añadió.
En tanto, Gisel Cosío Colina, académica del Departamento de Difusión Cultural, expuso que se han recopilado diversas notas periodísticas en las que la Hemeroteca es actor en la prensa nacional.
Por ejemplo, hay materiales de agosto de 1942 cuando se anuncia la visita que haría el rector Rodulfo Brito Foucher, consejeros universitarios y algunos periodistas a la Biblioteca Nacional, a fin de observar las condiciones en que operaba y que era una institución que estaba “a pan y agua”.
Sirvió para que se separaran los fondos de la Biblioteca y la Hemeroteca, que esta última tuviera su propio edificio: el extemplo de San Pedro y San Pablo. También hay notas de la inauguración de dicho recinto, escritas por el periodista y escritor, Fernando Benítez, y a la que acudió el presidente Manuel Ávila Camacho.
“Otras notas reflejan cómo la Hemeroteca está en constante crecimiento y cómo se desborda con las publicaciones que llegan diario de todos los estados. En los periódicos de los años 70 estábamos en la discusión nacional, ya que el recinto era un centro de información, los periodistas consultaban ejemplares, ahí escribían sus notas y veían cómo se desbordaba de materiales. En los años 80 vuelve a repetirse la historia”, relató Cosío Colina, también maestra en Comunicación.
En la exposición se exhibirán además materiales que recuerdan, por ejemplo, cuando una colección de la institución fue inscrita ante la UNESCO como Registro Memoria del Mundo de México por los periódicos y revistas que preserva y narran la historia de nuestro país en los siglos XVII y XIX, entre otros.
“El objetivo es mostrar que lugares como la Hemeroteca, que resguardan acervos, son lugares de memoria”, remarcó Cosío Colina, quien forma parte del equipo de curadores junto con Dalmacio Rodríguez, Ana Peniche Montfort, Lilia Vieyra, Sidharta Manzano y Fernando Lizárraga.
La exposición se mantendrá hasta el 29 de noviembre.