El presidente estadounidense Barack Obama y su esposa Michelle Obama, asistieron a una reunión con familiares de las 14 personas muertas en la masacre del 2 de diciembre en un centro de servicios sociales en San Bernardino, California.
La visita, de la que apenas trascendieron detalles a los medios de comunicación, se alargó hasta la noche, más de las dos horas previstas en la agenda del presidente, y el encuentro de Obama con los familiares de las víctimas tuvo lugar en el Indian Springs High School de la localidad californiana.
Tras la reunión, Obama aseguró que fue «emotivo» reunirse con unas familias que son «inspiración» de fuerza, unidad y el amor de la comunidad de San Bernardino, indicó un comunicado de la Casa Blanca.
«Al entrar en la temporada de fiestas, incluso mientras seguimos atentos para evitar que se produzcan atentados terroristas, mientras insistimos en que no podemos aceptar la idea de tiroteos públicos en lugares públicos, en lugares de trabajo y oración, debemos recordarnos a nosotros mismos la abrumadora bondad que existe en el mundo», afirmó el mandatario frente a los medios de comunicación.
El FBI está investigando el caso como un acto de terrorismo. La pareja había jurado fidelidad al grupo extremista Estado Islámico en Facebook, dijeron las autoridades. Pero no han encontrado evidencia alguna de que el ataque haya sido lanzado por instrucciones de un grupo terrorista extranjero ni parte de una conspiración basada en Estados Unidos.
Con información de Noticieros Televisa